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(Ponencia audiencia pública COMISIONES VI Senado y Cámara, 20 de noviembre de 2018)

 

Por: Rodrigo H. Acosta B. [1]

 Estamos frente a un proyecto de Ley bien pensado en favor de los intereses de RCN y CARACOL, lo lamentable es que no establece el cómo modernizar el sector de las comunicaciones ni las normas para la convergencia,  pero si liquida el modelo de financiamiento de la televisión pública y de los canales regionales y  olvida a los medios comunitarios y alternativos, mientras promueve el monopolio a ultranza, la dictadura y la censura  y hace expropiación de las frecuencias del espectro que deben estar bajo la tutela del Estado. (ProyectoLey-152-2018_Sector_TIC.pdf )

Lo cierto es que hoy Colombia, en la clasificación mundial de la libertad de prensa se ubica en el poco honroso puesto 130 de 180 países estudiados , calificada de “una situación difícil” especialmente por los bajos niveles en cuanto  al pluralismo y la independencia de los medios de comunicación, la falta de seguridad y límites a la libertad de los periodistas. En Colombia, sólo 8 grupos empresariales concentran la propiedad de los medios de comunicación, monopolizando el 78% de la audiencia de la televisión, la radio, y la prensa escrita. Dos de ellos, la Organización Ardila Lule y el Grupo Santo Domingo concentran el manejo de cerca del 50%; es así como Caracol Televisión y RCN Televisión concentran el 80% de la audiencia de la televisión nacional. Este panorama indica que se requiere, por lo tanto, de mayor pluralismo y democracia informativa y la ciudadanía demanda que existan más voces y más medios.

 Ese monopolio inicia con la concentración de las frecuencias, por lo que es preciso recordarles a los medios comerciales que el espectro radioeléctrico usado en radio y televisión no son de su propiedad y su uso es otorgado por el Estado mediante licencias. En un nuevo escenario de paz, hoy se requiere de la garantía de la pluralidad de ideas, de más voces y de la confluencia de más imaginarios colectivos. Avanzar en la democratización de un recurso escaso como las frecuencias es parte de la democracia; no puede existir democracia con monopolio económico, ni con monopolio mediático, se demanda fortalecer los fondos a la vez que se democraticen y democratizar la pauta concentrada en solo dos medios.

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