Esta plataforma digital empezó a operar en el 2013 en el territorio nacional. Colombia, debido a la devaluación del dólar al igual que la expansión y diversificación del sector turístico, fue uno de los mercados con mayor potencial.
A pesar de estos nuevos cambios, Maria Luisa Mesa Zuleta, abogada especializada en derecho comercial y corporativo con más de 23 años de experiencia trabajando para la Superintendencia de Sociedades, Avianca S.A y partícipe de la Junta Directiva de la Casa Editorial El Tiempo S.A, explica algunos puntos claros para lidiar con estas nuevas modalidades de empleo y servicios como son las plataformas digitales.
Esta aplicación ante la industria hotelera es una competencia difícil, puesto que la mayoría de propiedades que se encuentran listadas en Airbnb se ubican en Bogotá, Medellín y Cartagena (ciudades centrales del comercio y turismo) ofreciendo respectivamente el 9%, el 11% y el 13% de la capacidad hotelera de las tres ciudades. Con respecto a la regulación al esta aplicación María Luisa explica que las aplicaciones, “Son importantes siempre y cuando cumplan con la regulación aplicable en Colombia, porque el hecho de que sean plataformas no quiere decir que están excluidas o que no están obligadas a cumplir con la regulación para la respectiva actividad… Implica el cumplimiento de una obligación como la paga los hoteles o como la paga cualquier empresa que presta un servicio similar.”
En Colombia cada noche alrededor de 12.000 turistas utilizan la plataforma para hospedarse convirtiéndose en una opción asequible para los usuarios y una competencia directa para los cientos de hoteles y hostales del país.
La manera en que Airbnb genera ingresos es mediante una comisión de intermediación equivalente al 3% por cada reserva del huésped y una cuota de entre el 6% y el 12% por el servicio para los arrendatarios. Estas cifras son atrayentes para el usuario quien busca Airbnb por la ubicación, la comodidad y principalmente por el precio, con el IVA estos porcentajes cambiarán y aumentaran sus precios pero como lo explica la abogada, “No tiene que estar excluida del IVA porque aunque sea un arrendamiento o un servicio hotelero, en todo caso lleva un servicio implícito y en Colombia por regla general los servicios pagan IVA.”
Con la inauguración el pasado septiembre de 2019 de un centro de soporte en español, portugués e inglés, para atender a los huéspedes y host en Latinoamérica, la construcción del edificio Urban K en Chicó Norte exclusivamente para la modalidad de arrendamiento con Airbnb, esta aplicación no solo apoyan el turismo sino también al empleo convirtiéndose en un jugador importante en el mercado nacional. Esto ha creado un cierto tipo de manejo de las aplicaciones con las respectivas políticas públicas, María Luisa propone “buscar cuales son los mecanismos regulatorios para darle entrada a esas nuevas plataformas en condiciones de igualdad, en la medida que estas nuevas plataformas puedan ser eficientes y puedan dar un buen servicio a quien lo necesite, pero no se constituyan en un medio para hacer competencia indebida a quienes prestan un servicio regulado.”
Ahora la pregunta es cómo se generará esta regulación, el IVA fue el primer paso pero, ¿que le espera a los usuarios de Airbnb? “Puede estar en la prestación de servicio hotelero o a título de arrendamiento, entonces habría que cumplir las normas propias.” Maria Luisa Mesa comenta que estas serán las dos posibles maneras que esta aplicación podrá ser tratada a los ojos del estado y por medio de estas reglas también se podrían llevar a cabo cambios en la aplicación para acomodarse a estas peticiones gubernamentales.
Otra aplicaciones como Uber también han tenido un mismo trato regulatorio y acerca de esto Maria Luisa anotó, “El caso de uber es claro, el transporte público debe ser regulado. Para prestar el servicio de transporte público se requiere una autorización del Estado, eso lo dice la ley 336 en materia de transporte y lo dice en la Constitución Nacional. Yo puedo prestar un servicio privado que es para mi y en el que no recibo ninguna plata, ninguna remuneración el resto se llama transporte público, llámese como se llame… hay un contrato de transporte bajo cualquier modalidad eso quiere decir entonces que para poder prestar el servicio se necesita un permiso o una habilitación del estado que garantice al usuario unas condiciones de seguridad, independientemente de donde se ofrezca el servicio. Al Estado le interesa que se opere este servicio en condiciones de seguridad y por eso es una actividad regulada.”
Sofia Alvira M.
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Anexo estudio
¿HAY CAMA PARA TANTA GENTE?: UN ANÁLISIS SOBRE LA REGULACIÓN DE AIRBNB EN COLOMBIA.
AUTOR MARTHA PATRICIA CORRALES
Bogotá, 2018
