El centro de Bogotá expresa gran parte de la memoria histórica de Colombia, es sede del gobierno de Bogotá, se ubican sitios esenciales para el turismo, el comercio, la cultura e importantes instituciones de educación universitaria. Y si bien solo habita el 3% de los bogotanos, la población flotante es de 1.707.745 personas, según datos de la Secretaría de Planeación Distrital al 2018. Trabajadores, estudiantes, transeúntes, turistas y ciudadanos que requieren realizar sus gestiones ante las entidades públicas van todos los días al centro de Bogotá.

A pesar de ser un sector altamente competitivo y visitado por bogotanos y extranjeros, hoy enfrenta enormes retos en materia de seguridad, convivencia, movilidad y salud pública. Las labores desarrolladas con el esfuerzo de la alcaldía local, busca un mejoramiento y una apropiación del espacio. El Alcalde Local de Santa Fe Gustavo Niño Furnieles se refirió asi: “… queremos que la gente vuelva al centro y lo vea mucho más bonito, queremos que vengan a visitarlo, hemos empezado a transformarlo para que sea un sitio más seguro y mucho más agradable”.

Es de calificar positivamente el esfuerzo por el embellecimiento del centro de Bogotá, pero un mejoramiento sostenido requiere cuando menos de aumentar los recursos locales, la seguridad en los barrios y en las principales vías, durante las 24 horas del día y de una transformación urbanística que respete el habitah de cientos de familias fundacionales, frente al fenómeno de la gentrificación que expulsa a los residentes tradicionales hacia espacios más periféricos de la ciudad.

Los retos para una transformación estructural son enormes, la contaminación debe ser enfrentada con medidas drásticas considerando la alta circulación de transporte público y privado por la carrera 10 y la calle 19, el eje ambiental debe ser reconstruido y alcanzar la meta pensada por Salmona, quien no consideró el paso de transporte público, caso del Transmilenio por la Avenida Jiménez y las obras que se realizaron en el primer mandato del alcalde Peñalosa son solo una parte del diseño original que se planteó para la recuperación espacial y paisajística de la zona de influencia de la avenida, todo su entorno, el piedemonte y sus barrios aledaños.

La avenida recuperada debería seguir bordeando el piedemonte hasta unirse con el parque Nacional, y de allí seguir hasta la Ciudad Universitaria. Faltó también la arborización y otras obras de infraestructura que armonizaran la ciudad con la naturaleza.

(Fotos descriptivas en el eje ambiental: la primera tomada a inicios del mes de agosto la segunda el 13 de agosto de 2018, se observa la falta de cultura ciudadana)

También se requiere de un cambio cultural pues la gente bota basuras y desechos sobre el cauce del agua del eje ambiental, irrespetando el esfuerzo que realizan las diferentes instituciones. Son 480 años de Bogotá y 10.500 años de Bacatá… seguiremos construyendo entre todos una ciudad más amable e incluyente.