El insigne monumento de interés nacional se decidió construír en el gobierno del presidente Manuel Murillo Toro, en el año 1872, diseñado por Thomas Reed, quien fue también el arquitecto del Capitolio Nacional, y terminado de construir en el año 1880 durante el gobierno de Juliá Trujillo y bajo la supervisión del escultor italiano Mario Lambardi. En 1975 fue declarado Monumento Nacional y, en 2004, Bien de interés cultural de Carácter Distrital.