Jueves, 09 Mayo 2024

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Por: Jaime Araujo Renteria

Al delicado tema del coronavirus, queremos compartir unas reflexiones: La primera; que se trata de un tema médico, que no podemos dejar que se siga manejando con criterios políticos vulneradores de derechos humanos. La primera regla de sentido común, es que tratándose de un tema médico, quienes deben dirigir el proceso de superar la amenaza, son los científicos de modo que las decisiones que adopten los políticos, tengan un sólido fundamento científico; que no puede ser otro, que el mejor conocimiento posible de las características del virus (Causas, efectos, duración, etc.). Por esta razón no deja de sorprender, las decisiones apresuradas que adoptaron algunos políticos en relación con el número de personas que podían estar reunidas: alguna funcionaria dijo inicialmente, que hasta 1000 personas; inmediatamente otro funcionario se sintió aludido y con más poder y decidió que eran 500 personas; hoy algunos funcionarios hablan de 50 y otros de 10 personas; y los ciudadanos nos preguntamos ¿Qué es lo científicamente correcto? Y ¿Qué Era lo correcto desde el primer momento?.

Segunda, no se debió politizar por los gobiernos un tema científico, pues, desde el primer momento se politizó, ya que se le asignó inmediatamente un lugar de nacimiento y un nombre, que comenzaron a usarse peyorativamente, sin que hubiera una reacción médica y científica de parte del resto de la comunidad internacional y había inclusive quienes trataban de sacar provecho económico, político e ideológico de la desgracia ajena. No hay duda, que esa fue una mala decisión política de muchos gobiernos del mundo, por lo menos culpables de negligencia, que hoy estamos pagando los ciudadanos, con nuestros derechos incluido el derecho a la vida.