El informe en el cual intentan basar la aprobación de sanciones en los organismos de la ONU es enteramente desequilibrado. No presenta pruebas – además de decir que fueron oídos 223 testigos fuera de Siria – porque no las tienen, es mentiroso. No se dan ni siquiera el trabajo de averiguar las denuncias del gobierno y del pueblo de Siria de que las muertes están siendo causadas por bandos comprobadamente financiados y armados por los que quieren desestabilizar al país y atentar contra la imagen, acciones y posiciones progresistas del gobierno sirio. El objetivo es, como afirmó la responsable por la política externa de los Estados Unidos, Hillary Clinton, en Ginebra, “remover Assad”.

La disposición y unidad del pueblo sirio y la solidaridad fraterna y combativa de los pueblos de todo el mundo no permitirán que esa aventura criminal tenga suceso.

Nuestra solidaridad, apoyo y admiración al pueblo sirio y a los trabajadores que se mantienen firmes en sus principios patrióticos y nacionalistas y rechazan todas las imposiciones colonialistas. Apoyamos la firme defensa del pueblo sirio y de sus líderes nacionales a los legítimos derechos del pueblo palestino; a la liberación de los Altos del Golán sirio ocupados por Israel. Saludamos el apoyo de Siria a la resistencia nacional del pueblo libio contra la agresión de la OTAN, a la lucha del Líbano y de Iraq y su firme posicionamiento en relación a los movimientos que luchan por el desarrollo y por la paz en el mundo.

Conclamamos a todas las centrales co-hermanas, sindicatos, entidades sociales del mundo entero a que condenen esa agresión criminal que busca someter al pueblo sirio, impidiendo que sea soberano y dueño de su destino y de sus riquezas