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Chapinero, ¿el enclave gay de Bogotá?

Written by  Nov 11, 2011

Chapinero, ¿el enclave gay de Bogotá?

La forma como interactúa la comunidad gay, los puntos de encuentro y lo que opinan sus habitantes.

Es o no es. Muchos lo ven como el barrio favorito de los homosexuales que residen en Bogotá al punto de que en el vocabulario distrital muchos no dudan en llamarla 'Chapigay' o en 'rebautizar' sus supermercados y gimnasios con nombres que hacen alusión a la vida homosexual. 

Pero la gran pregunta es si Chapinero puede ser considerado como el barrio gay de Bogotá o el Distrito de los homosexuales. Difícil responderlo de manera categórica y quizás haya que llegar a la afirmación intermedia de que es un sitio en el que se respeta la diversidad.


No es exactamente 'Le Marais', el barrio gay de París que el antropólogo Fabián Sanabria describe como una zona en la que judíos y homosexuales son vecinos y disfrutan de excelentes restaurantes, amplias terrazas y amplios corredores, pero se le acerca.


 

Por algunas calles de Chapinero se puede observar, añade Sanabria, hombres que caminan de la mano, mujeres que se besan sin rubor, bares que atienden a clientes gay y hasta uno de los mejores sitios de rumba en la ciudad: Theatron, un antiguo teatro que hoy es epicentro de los más publicitados conciertos. 

Si es así, si asumimos que Chapinero es un barrio gay o un sitio preferentemente gay, caben varias preguntas: ¿Hay una declaración oficial como zona gay?, ¿qué es lo que la convierte en una zona que les agrada a los homosexuales?, ¿qué clase de bienes y servicios ofrece para estas personas?, ¿por qué se están congregando en este lugar? 

Angélica Lozano, ex alcaldesa de esta localidad, sostiene que es "una leyenda urbana" la creencia de que se creó un distrito gay en la zona como política pública. Lo único que se hizo, dice ella, fue crear un Centro Comunitario de Atención para la Comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgénero). 

Se hizo porque después del 2003 se descubrió que un alto índice de personas que se habían suicidado en la localidad tuvieron como razón el hecho de ser homosexuales que habían sido hostigados por otros miembros de la comunidad debido a su condición sexual. Sin embargo, se debe aclarar que tradicionalmente las estadísticas de suicidios tienen un subregistro muy alto. 

Juan Camilo Vargas, sociólogo experto en temas de planeación de Bogotá, sostiene que desde el punto de vista institucional el Plan de Desarrollo de la Capital considera que en Chapinero debe desarrollarse una política de "Diversidad positiva", pero no sólo enfocada a la población homosexual, sino a grupos minoritarios. 

"El Plan de Desarrollo asegura que se buscará garantizar la convivencia y permanencia de los grupos y poblaciones diversos", dice Vargas. 

En cuanto a los atractivos que pueda tener para la comunidad LGBT, las explicaciones son diversas y pueden utilizar conceptos de la estética, el cine, la rumba y el urbanismo. Por ejemplo, la ex alcaldesa Lozano sostiene que es una zona donde habitan algo más de 150.000 personas, pero donde todos los días ingresan por asuntos de negocios o estudios unos 2 millones de visitantes.

"Esta situación genera ciertos factores de anonimato que les sirven a algunas personas con esta inclinación sexual. También está el hecho de que es un lugar con altos niveles de tolerancia, con una clase media educada que tiene mayor respeto por la diferencia y en la que los homosexuales se pueden sentir más seguros", dice Lozano.

Otros, como Sanabria, lo asocian con la oferta cultural que ha tenido Chapinero durante gran parte de su historia. "Fue una zona en la que los cines continuos se convirtieron en lugares de encuentro clandestino para algunos homosexuales. Después, aparecieron los teatros porno y, finalmente, las cabinas. Ahora, el consumo cultural es diferente", sostiene.

Hoy, por supuesto, existe una oferta más variada de bienes y servicios que incluyen el mundo digital (como los sistemas de ubicación geográfica para gays que se menciona en otra nota de este especial), pero que tiene como principal exponente a la rumba, que ha servido además como agente de inclusión social entre heterosexuales, bisexuales y homosexuales.

Durante muchos años, los gays tenían que acudir, sin expresar libremente su personalidad, a las fiestas de los heterosexuales. Ahora, son los heterosexuales los que van a la rumba gay, por la calidad de propuestas artísticas y musicales que logran contratar en sitios como el ya mencionado Theatron.

El urbanismo de Chapinero también puede ser un punto de atracción: sus amplias casas y apartamentos con posibilidades de remodelación dan rienda suelta a la sensibilidad propia de esta población. El estilo Loft, que surgió en Nueva York entre escultores, pintores y fotógrafos que necesitaban amplios espacios para integrar el trabajo y la vivienda a cómodos precios, fue integrado por los gay que habitan esta localidad.

Finalmente, está el imaginario colectivo. El hecho de que algunos la vean como un barrio gay ha creado un sello particular en este lugar. "Si a usted le dicen 'Candelaria', usted se imagina cultura. Si le dicen Puente Aranda, usted imagina industria y si le dicen 'Chapinero', usted puede pensar en diversidad", anota Vargas.

Esto, añade, pudo haber creado un efecto 'bola de nieve' entre la población LGBT que llega a la ciudad y pregunta por una zona donde pueda vivir o divertirse. Lo más probable, dice Vargas, es que la mayoría reciba una sola respuesta: Chapinero.

JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ
Subeditor ELTIEMPO.COM

Publicación eltiempo.com

Sección Bogotá

Fecha de publicación 11 de noviembre de 2011

Autor JOSÉ ANTONIO SÁNCHEZ

Last modified on Viernes, 09 Febrero 2018 13:08

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