De acuerdo con la ingeniera ambiental Johanna Patricia Aguado Alvarez, antes de la construcción de la Autopista Norte, "el territorio era una continua región ecológica de humedal que se extendía desde los cerros orientales hasta el río Bogotá, y conformaba la cuenca Torca Guaymaral, donde habitaban armadillos, ardillas, comadrejas, zarigueyas, lagartijas y grandes bandadas de aves migratorias. Para los capitalinos esta era una zona de recreo, donde podrían encontrar, además aguas puras para la pesca o la natación, espacios naturales para paseos familiares. Así mismo, el humedal servía para la retención de nutrientes y sedimentos y para el control de las inundaciones o crecientes; también como hábitat para la vida silvestre".
Esta importante área de conservación por quedar cerca a la Autopista Norte, se ve afectado por el tráfico diario de los vehículos que transitan por el lugar, causando ruido que espanta a las aves nativas y migratorias, pero además causando contaminación. También tiene otros inconvenientes como: cada vez que llueve fuerte, la autopista se inmunda afectando al humedal. El humedal se ha visto afectado por la construcción de obras como: Bima, Mazda y el Cementerio Jardines de Paz, los cuales le reducen su espacio. Además las constructoras cercanas arrojan basuras afectando y contaminando el ecosistema.
Para defender, conservar y recuperar este importante humedal, sectores de la comunidad local se han organizado en La Fundación Humedal Torca Guaymaral para generar conciencia ciudadana hacia la protección y recuperación de estos humedales.
El humedal Torca es uno de los 14 humedales declarados de la ciudad, es también parte de la memoria del agua en la Sabana. Vale la pena que cuando transitemos por esta vía, nos detengamos a conocer este valioso ecosistema que es de todos los ciudadanos.
Por: Néstor Camilo Garzón Fonseca
Educador e historiador