Pero, no hay lugar a decir nada, porque los contratistas están temerosos de hablar, ya que se dice en los pasillos que al que se manifieste en contra de la administración y gestión del nuevo gobierno distrital, se le dará por terminado el contrato o se le sacará de la entidad a la cual se encuentre vinculado.
Y ni que decir de expresarse por medios o redes sociales, para la muestra, lo que le ocurrió a ese valiente Gerente de las Artes Audiovisuales del IDARTES, Julián David Correa, a quien le pidieron su renuncia por haber puesto de manifiesto la importancia de continuar con el proyecto de la Construcción de la Cinemateca de Bogotá, a la cual la administración de Peñalosa se opuso sin argumentos serios; lamentablemente le costó el cargo al sr. Correa.
En su momento la Secretaria de Cultura, María Claudia López, a la Revista Arcadia que “no hay disponibilidad de recursos para garantizar el proyecto en su integralidad (construcción, dotación, operación y mantenimiento), esta Administración se encuentra en la búsqueda de alianzas con el sector privado para explorar su realización y sostenibilidad en el tiempo”
Lo cierto es que la Licitación para la construcción y dotación de la nueva Cinemateca fue adelantada y adjudicada por la administración del Alcalde Petro, y después de que la administración Peñalosa desvinculó injustamente al Gerente de las Artes Audiovisuales –Cinemateca Distrital, y que repensó los riesgos jurídicos y financieros, Peñalosa y su equipo aceptaron que se debe continuar con el proyecto de la construcción de la Cinemateca de Bogotá.
Lo anterior, sirve de ejemplo para demostrar, la temeridad y despotismo con la que se viene actuando en el gobierno Distrital de Peñalosa y los temores que tienen funcionarios y contratistas de expresar sus opiniones y de dar a conocer las fallas que afectan a los trabajadores del Distrito.