Domingo, 19 Mayo 2024

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Por: Ava Gómez y Bárbara Ester

En 2018 el ex-alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, irrumpió abruptamente en la liza política y desplazó del escenario a la alternativa progresista moderada que planteaba Sergio Fajardo. La clave del éxito de Petro se puede explicar por varios factores, entre los que la construcción narrativa efectiva -que confluye con un periodo de fertilidad de una opinión pública más abierta a la pluralidad- es de gran relevancia.

Por su parte, la joven lideresa de Nuevo Perú y ex-candidata presidencial, Verónika Mendoza, logró ocupar un lugar vacante en la política peruana: el de un(a) centro-izquierda/progresismo electoralmente competitivo. Esto quedó evidenciado en las elecciones generales de 2016, cuando alcanzó el tercer lugar en los comicios quedando a escasos 2,31 puntos porcentuales de Pedro Pablo Kuczynski.