Lunes, 20 Mayo 2024

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Por: Fabio Arias Giraldo

El paquetazo poselectoral con tres fuertes medidas que prepara el gobierno contra los trabajadores puede convertirse en un detonante social de inconformidad y oposición

 

El paquetazo de Iván Duque incluye ley de financiamiento convertida en reforma tributaria, reforma pensional y reforma laboral

En Colombia siempre se ha dicho que debemos seguir el modelo económico chileno y en esa dirección siempre han actuado nuestros gobernantes desde 1990.

Hoy hay una convulsión social en Chile. La chispa que incendió la pradera fue el aumento del pasaje del metro, pero a pesar de que fue derogado, la inconformidad y la protesta se mantienen, incluso a pesar de la dura represión del gobierno de Sebastián Piñera que nos hace recordar los duros viejos tiempos de la dictadura militar de Augusto Pinochet. Más allá de las acostumbradas explicaciones de estos gobiernos de que todo obedece a la expresión de unos pocos vándalos y terroristas, muchos observadores y estudiosos de distintas vertientes ideológicas y políticas de varios países,  desmintiendo  lo anterior, se han apresurado a explicar que todo ello obedece a una inconformidad acumulada que subyacía en el aparente buen suceso económico y estabilidad política de Chile, de un país absolutamente desigual y en cual el presidente venía haciendo reformas laborales y sociales regresivas.

Pues bien, Iván Duque prepara para este fin de año, una vez pasen las  elecciones territoriales del 27 de octubre, un paquetazo contra el país y los trabajadores que bien puede convertirse en un fuerte detonante social de inconformidad y oposición.

Ello puede ser así, si se revisa el paquetazo en las tres medidas más publicitadas por el gobierno y los gremios económicos.

1- Reforma tributaria. Al declarar la Corte Constitucional  inexequible la ley de financiamiento, pero que es exequible hasta el 1 de enero de 2020 a partir del cual es nuevamente inexequible (acomodamiento de la Corte ante el gobierno y los gremios), todo para que las altísimas gabelas ($16 billones según el tributarista empresarial Santiago Pardo) no se perdieran, el gobierno según el minhacienda Alberto Carrasquilla presentará la misma ley pero ahora será una reforma tributaria, porque no se trata de financiar nada. ¿Y el presupuesto del 2020 no dijo que estaba desfinanciado, después de reducción de gastos, en cerca de $8,5 billones y que por eso había que hacer un holding financiero para vender activos del estado, así como también las acciones de Ecopetrol o su filial Cenit, la empresa que maneja los oleoductos en Colombia?

Lo mejor que nos podría pasar con esa ley de financiamiento hoy de reforma tributaria es que se hundiera definitivamente, con lo cual, el gran empresariado nacional y extranjero le tributarían al estado esos $16 billones y con ello no habría déficit del presupuesto 2020  y se reduciría el déficit fiscal.