Ahora frente a quienes no se han pensionado la situación es a otro precio, ya que se exigirá más edad y semanas de cotización, lo cual para los intereses de la clase trabajadora es negativo, pero para el trabajador de pie quien no cuenta con empleo u otros ingresos es una tragedia, pues solo quien lo vive sabe lo que se siente y el otro elemento es si existirán los recursos para pagar los actuales pensionados y los futuros pensionados, situación que es incierta en el presente.
Mi opinión frente al futuro de las pensiones y el centro de la discusión del mismo tienen dos elementos, el primero de orden ideológico (filosófico) y un segundo de orden pragmático (práctico).
El primero, lo ideológico es que representan las pensiones si es la contra prestación a las generaciones que produjeron riqueza y en razón a que por el envejecimiento impide el continuar laborando de manera optima lo que los obliga de dejar sus puestos de trabajo y en consecuencia dejan de recibir salario, sin olvidar el derecho a tener un descaso dignó, hace que el salario sea remplazado por la mesada pensional y por tales características hace que sea un tema de orden social que implica la solidaridad, sin desconocer que implica lo económico, la otra tesis ideológica reduce la discusión básicamente a lo económico y por tanto a números y consiste en que las pensiones no es un tema de generaciones, de distribución de la producción y por tanto de la riqueza social, si no es un tema de orden individual mediado por el sector financiero, en el cual cada trabajador debe resolver su situación, es dueño de su futuro, en otras palabras el determina cuándo se retira y en qué valor dejara su pensión, a través de ahorro individual el cual administra el sistema financiero quién por un lado cobra por dicho manejo y por otro usa ese dinero para hacer otros negocios (doble ganancia) lo que genera que sea tema individualista y de contera beneficioso para el sector financiero, entonces si el trabajador se pensiona cuando quiera y en el monto que quiera, pues bien, pero si no pues que se “joda” .
El segundo, lo pragmático se reduce a que la discusión no es que si las edades de pensionarse pasan de una edad a otra o si se aumenta las semanas de cotización, el dilema es si los trabajadores pueden cumplir tales requisitos, pues el sistema apuesta a exigir cotizaciones de 30 años aproximadamente, pregunto cuántos trabajos dignos hay en Colombia que permitan a una persona laborar y cotizar por 30 años, en una sociedad en la cual existe la misma probabilidad de ganar le chance que conseguir un empleo digno, pues han flexibilizado las relaciones de trabajo a tal punto, que los joven o un viejo (más de 35 años) son excluidos del mundo del trabajo digno por tal condición, la tercerización del empleo como regla (consiste en que existe un trabajador que beneficia a un patrón pero su relación es con un tercero), periodos cortos de contratación, el impedimento cotidiano a formar sindicatos, entonces con empleos precarios como se generaran las cotizaciones para el sistema, por lo tanto se debe resolver estos temas de acceso a un trabajo digno antes de cualquier cosa.
Además de lo anterior, otra situación práctica es que un ciudadano tiene derecho a tener una vida digna y en consecuencia para el ciudadano pasa a segundo plano el tener la necesidad de labora más años (lo cual no quiere decir necesariamente sea bueno o ideal trabajar indefinidamente por un salario) producto del aumento de la edad, el lio es que hace para vivir si no tiene ni salario ni mesada pensional y la solución no puede ser otra que haya subsidios de desempleo (cuyo valor no será equiparable con el salario ni con el monto de la pensión, pero tampoco por debajo de una vida digna).
Y por último, volviendo a lo práctico que es más costoso para la sociedad, el gobierno y la familia tener una persona de la tercera edad que tenga pensión mucha o poca y esta le permita asumir sus necesidades o una que no tenga pensión y que demanden de las mencionadas instituciones resolver sus necesidades, un mundo sin pensionados, es igual a un mundo de personas de la tercera edad mendigando las calles.
Bueno, el panorama no es alentador, pero eso no quiere decir que no pueda cambiar, ya que como mínimo debemos hacer la pelea, la resistencia y exigir lo justo, entre otras razones el repartir la riqueza social (producto de la sociedad en su conjunto) y estos no es perdido, porque entre no hacer y hacer, esta última es digna y gratificante, el luchar que hacerse a un lado.
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