Hace 10 años la vida de Ferney Benítez cambió para siempre. Su adolescencia estuvo marcada por la ausencia de su padre, las malas compañías y el consumo de drogas, una combinación que se convirtió en un tren sin frenos, corriendo a toda velocidad hasta detenerse abruptamente.
Tenía 17 años cuando ocurrió. “Ese día estaba solo en la casa. La verdad no re-cuerdo cómo pasó, pero terminé cayéndome de una ventana a otra casa. Me di un gran golpe”, relata Ferney.