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Bosques del Folclor: oxigenando la vida a través de la danza

Oct 2, 2024
El bosque del Folklore

Inició como una alternativa para las personas mayores del barrio Bosques de Mariana. Hoy, la agrupación Bosques del Folclor congrega doce mujeres con variadas edades y múltiples expectativas. Han sido invitadas a mostrar sus talentos en diferentes escenarios y saben del poder sanador de la danza para quienes la practican y la disfrutan.

Bosques del Folclor es una agrupación de danzas folclóricas, creada por mujeres habitantes del barrio Bosques de Mariana que se congregaban para ensayar en agrupaciones de barrios cercanos, al occidente de la localidad de Engativá. Cuentan con el apoyo incondicional de la Junta de Acción Comunal, que les permite ensayar religiosamente dos veces a la semana en su salón. Entre las fundadoras se encuentran Carmen Cecilia Arias, Consolata Ramírez, Isabel Rodríguez y Rosario Jiménez. Consolata Ramírez revela que mediante voz a voz se ha ido propagando la invitación en el sector para conformar el grupo, que hoy lo integran una docena de mujeres, diez de ellas son personas mayores y dos más jóvenes, que buscan en el baile mitigar los desafíos de salud que enfrentan en la actualidad. Según Isabel Rodríguez, entre el repertorio tienen carranga, bambuco, vueltas antioqueñas, guabinas, entre otras danzas folclóricas colombianas. Ya perdieron la cuenta de las presentaciones que han hecho y de las invitaciones que han recibido. “Inicialmente nos presentamos en una actividad de la JAC en el parque del barrio. También fuimos al parque San Andrés y al centro comercial Diverplaza. Hemos recibido invitaciones de la alcaldía local, del centro día Los Cerezos y en los cierres de campañas políticas”, comenta con emoción.

Todas dan testimonio de los beneficios que han recibido de practicar las danzas folclóricas, tanto en su salud mental como en la salud física y emocional.

 

Testimonios

“Yo dejé de asistir al grupo al que pertenecía porque tengo una limitación visual que se fue agravando y me impidió desplazarme sola, pero quería seguir bailando y me encontré con mis compañeras quienes me dieron la idea de organizar el grupo acá en nuestro barrio, para que no tuviera que desplazarme. De ahí surgió el grupo de personas mayores y de personas con alguna limitación física, porque esto nos ayuda a mejorar la condición”, explicó Rosario Jiménez, coordinadora de la agrupación.

Carmen Cecilia Arias, quien conoció a Rosario en el grupo del barrio vecino, al advertir su situación de salud se ofreció a acompañarla en los trayectos para que no perdiera los ensayos, en un acto de camaradería y solidaridad. Posteriormente acompañó la formación del grupo de danzas en su propio barrio.

A Sandra Valderrama, los siete meses que lleva en el grupo Bosques del Folclor, el baile le ha servido como terapia para sortear su limitación visual y mitigar las consecuencias de la parálisis que sobrelleva hace algunos años. “Ahora puedo moverme, ya no me duele tanto el cuerpo y el oído lo tengo más desarrollado”, dice con alegría y lanza unas palabras de aliento a las personas que sufren algún tipo de discapacidad: “Que no se limiten, hay varias cosas por explorar como danzas y deportes que ofrecen muchas curaciones”.

Nelly Rodríguez, madre de Sandra, reconoce que el baile ha sido una muy buena terapia y ayuda emocional para su hija. Cuando vio bailar por primera vez a la agrupación Bosques del Folclor en una presentación en el parque San Andrés, quedó encantada y de inmediato pensó que sería una muy buena opción para su hija. Fue así como contactaron a la señora Rosario para integrarse al grupo y desde ese entonces la calidad de vida de madre e hija, ha mejorado sustancialmente.

Adriana Martínez dice que practicar danzas ha sido muy bueno para su salud, porque le da tranquilidad y paz; mientras que para Yomaira Gutiérrez ha sido una terapia de distracción y relajación. Entre tanto, Marta Barbosa reconoce que se siente mejor de salud desde que integra el grupo, ya que el movimiento del cuerpo le ayuda a equilibrar las energías.

Blanca Ortiz, también se unió a la voz de sus compañeras y explicó que danzar le ha ayudado mucho a salir de problemas y le mantiene la mente ocupada, además le gusta el baile y la actividad física porque permanece activa.

El relato de Adriana Jiménez Sarmiento es aún más contundente: “Conocí el grupo porque vine a inscribirme por sugerencia de mi hijo, para que me moviera e hiciera cosas que activaran mi cuerpo, mi alma y mi mente. Bailar me ha beneficiado un montón, pues yo tenía trombos en la cabeza y estaba paralizada, no podía mover los brazos ni hacer ejercicios. Esto ha sido un beneficio inmenso para mí.  Hoy, mi hijo me dice que me muevo como si no me pasara nada”.

Por su experiencia, Adriana recomienda a las personas que están en sus casas con tiempo libre, que se inscriban y participen de las diferentes opciones que se ofrecen en los barrios para desarrollar alguna actividad física. “Hay baloncesto, danzas, teatro, música, etc; que busquen que hacer porque en la casa uno se queda quieto y se le marchita el cerebro”, concluye.