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La cinemateca Distrital

Oct 15, 2019

 

 

Desde 1971 la Cinemateca Distrital hoy Cinemateca de Bogotá – Centro Cultural de las Artes Audiovisuales transforma las miradas de los colombianos a través de la preservación de las imágenes en movimiento.
A partir de 12 de junio de 2019 se abrieron las puertas del nuevo Centro Cultural de las Artes Audiovisuales, la nueva Cinemateca de Bogotá, un hito arquitectónico de la ciudad, que hace parte de la renovación del centro de la capital.

El diseño se fragmenta según su uso en tres zonas, correspondientes a salas de proyección, áreas educativas y públicas, y el archivo fílmico nacional. El proyecto, que define su distribución programática al combinar dos determinantes –el entorno urbano y los usos requeridos–, ubica las áreas de archivo y espacios más cerrados en los niveles bajo rasante; los ambientes de carácter más público y de relación con la ciudad en el primer y segundo pisos –en contacto con la calle–, y las tres salas de cine suspendidas en la parte superior; la más importante es Sala Capital, con capacidad para 272 personas y soporte para formatos de 35 milímetros y digital. Los arquitectos denominan los dos primeros pisos de la Cinemateca Distrital como la “calle museo”, un espacio público atravesado en todas las direcciones, que da frente al entorno urbano y genera un ambiente dinámico, activo y agradable. Al recorrerlo la persona entra en contacto con los contenidos de la cinemateca sin dejar de estar en la ciudad. Disfruta de las visuales de Bogotá mientras aprende de la historia fílmica local. Sobre esta plataforma, eminentemente pública, están las salas.

“Intentamos reinterpretar la arquitectura tradicional de Bogotá, la que se construyó en la carrera Séptima, con sus basamentos que responden a la escala humana y sobre los cuales se soportan torres y edificaciones con otros usos”.

En este caso, la edificación que se ubica encima del basamento comprende dos volúmenes abstractos y cerrados, que contienen las salas de proyección. Fragmentados en el centro, generan una silueta permeable que enfatiza la relación urbana este-oeste que se presenta en su base, y a la vez permiten que el ciudadano nunca pierda de vista los cerros orientales.

 

“Debido a su uso –salas de cine con temperatura y sonidos perfectamente controlados– los volúmenes requerían estar completamente cerrados”. Sin embargo, para permitir la entrada de luz donde fuese requerido y para generar una relación más amable y menos tajante entre el interior y el exterior, los arquitectos optaron por definir la fachada de estos cuerpos a partir de una superficie de vidrio, protegida por una celosía de elementos verticales hechos de aluzinc, referencia Quadrobrise XL, de la multinacional Hunter Douglas.

Estos objetos, diseñados especialmente para este proyecto, tienen una forma trapezoidal que los adelgaza hacia el exterior para que sean más ligeros y esbeltos. Su distribución permite que los espacios que protegen se iluminen y ventilen de manera natural cuando es requerido, lo cual, complementado con las alturas generosas del interior, ofrece un ambiente confortable, incluso cuando la ocupación aumenta.

 

Por el contrario, las áreas bajo rasante están ventiladas de manera mecánica y mantienen un estricto control sobre su temperatura y humedad, para garantizar la longevidad de las cintas que componen el archivo fílmico. Su ubicación subterránea genera una ventaja en este aspecto, ya que la masa térmica del suelo permite este manejo sin generar consumos de energía excesivos.