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Charlie Hebdo: Una Reflexión difícil.

Ene 17, 2015

 

Charlie Hebbo: Una reflexión difícil

 Por Boaventura de Sousa Santos

 

Traducción de José Luis Exeni Rodríguez


El repugnante crimen cometido contra los periodistas y dibujantes del semanario Charlie Hebdo hace muy difícil un análisis sereno de lo que está implicado en este acto bárbaro, de su contexto y precedentes, así como de su impacto y repercusiones futuras. Sin embargo, este análisis es urgente, bajo pena de continuar avivando un fuego que mañana puede alcanzar a las escuelas de nuestros hijos, nuestras casas, nuestras instituciones y nuestras conciencias. Ahí están algunas pistas para tal análisis.


La lucha contra el terrorismo, la tortura y la democracia


No se pueden establecer nexos directos entre la tragedia de Charlie Hebdo y la lucha contra el terrorismo que los EUA y sus aliados están ejecutando desde el 11 de septiembre de 2001. Pero es sabido que la extrema agresividad de Occidente ha causado la muerte de muchos millares de civiles inocentes (casi todos musulmanes) y ha sometido a niveles de tortura de una violencia increíble a jóvenes musulmanes contra los cuales las sospechas son meramente especulativas, como consta en el reciente informe presentado al Congreso norteamericano. Y también es sabido que muchos jóvenes islámicos radicales declaran que su radicalización nació de la revuelta contra tanta violencia impune. Ante esto debemos meditar si el camino para frenar la espiral de violencia es continuar con las mismas políticas que la han alimentado como ahora es demasiado patente.


La respuesta francesa al ataque muestra que la normalidad constitucional democrática está suspendida y que un estado de sitio no declarado está en vigor, que los criminales de este tipo, en lugar de ser apresados y juzgados, deben ser abatidos, que este hecho no representa aparentemente ninguna contradicción con los valores occidentales. Entramos en un clima de guerra civil de baja intensidad. ¿Quién gana con ella en Europa? Ciertamente no los partidos de izquierda como Podemos en España o Syriza en Grecia.
La libertad de expresión


Es un bien precioso pero tiene límites, y la verdad es que la abrumadora mayoría de ellos son impuestos por aquellos que defienden la libertad sin límites siempre y cuando sea “su” libertad. Ejemplos de límites son inmensos: si en Inglaterra un manifestante dice que David Cameron tiene sangre en las manos, puede ir preso; en Francia, las mujeres islámicas no pueden usar el hiyab; el 2008, el dibujante Maurice Siné fue despedido de Charlie Hebdo por haber escrito una crónica supuestamente antisemita. Esto significa que los límites existen, pero son diferentes para diferentes grupos de interés. Por ejemplo, en América Latina, los grandes medios, controlados por familias oligárquicas y por el gran capital, son los que más claman por la libertad de expresión sin límites para insultar a los gobiernos progresistas y ocultar todo lo bueno que estos gobiernos han hecho por el bienestar de los más pobres.


Aparentemente, Charlie Hebdo no reconocía límites para insultar a los musulmanes, incluso cuando muchos de sus dibujos fueran propaganda racista y alimentasen la onda islamofóbica y antiinmigrante que avasalla a Francia y a Europa en general. Además de muchos dibujos con el Profeta en poses pornográficas, uno de ellos, bien aprovechado por la extrema derecha, mostraba un conjunto de mujeres musulmanas embarazadas, presentadas como esclavas sexuales de BokoHaram que, apuntando a sus barrigas, pedían que no les fuese retirado el apoyo social a la gravidez. De un golpe se estigmatizaba el Islam, a las mujeres y al Estado de bienestar social. Obviamente que, a lo largo de los años, la mayor comunidad islámica de Europa se fue sintiendo ofendida por esta línea editorial, pero fue igualmente inmediato su repudio por este crimen bárbaro. Debemos, pues, reflexionar sobre las contradicciones y asimetrías en la vida vivida de los valores que creemos son universales.


La tolerancia y los “valores occidentales”


El contexto en que ocurrió el crimen es dominado por dos corrientes de opinión, ninguna de ellas favorable a la construcción de una Europa inclusiva e intercultural. Las más radical es frontalmente islamofóbica y antiinmigrante. Es la línea dura de la extrema derecha en toda Europa y de la derecha cuando se ve amenazada por elecciones próximas (el caso de AntonisSamarás en Grecia). Para esta corriente, los enemigos de la civilización europea están entre “nosotros”, nos odian, tienen nuestros pasaportes; y esta situación solo se resuelve liberándonos de ellos. La pulsión antiinmigrante es evidente.

La otra corriente es la de la tolerancia. Estas poblaciones son muy distintas de nosotros, son una carga, pero tenemos que “aguantarlas”, hasta porque son útiles; empero, solo debemos hacerlo si ellas son moderadas y asimilan nuestros valores. ¿Pero qué son los “valores occidentales”? Luego de muchos siglos de atrocidades cometidas en nombre de estos valores dentro y fuera de Europa –de la violencia colonial a las dos guerras mundiales–, se exige algún cuidado y mucha reflexión sobre lo que son esos valores y por qué razón, según los contextos, ora se afirman unos ora se afirman otros.


Por ejemplo, nadie pone hoy en duda el valor de la libertad, pero lo mismo no puede decirse de los valores de la igualdad y de la fraternidad. Fueron estos dos valores los que fundaron el Estado social de bienestar que dominó la Europa democrática después de la segunda guerra mundial. Sin embargo, en los últimos años, la protección social, que garantizaba niveles más altos de integración social, comenzó a ser puesta en causa por los políticos conservadores y hoy es concebida como un lujo inaccesible para los partidos del llamado “arco de gobernabilidad”. La crisis social causada por la erosión de la protección social y por el aumento del desempleo entre jóvenes, ¿no será leña en el fuego del radicalismo por parte de los jóvenes que, más allá del desempleo, sufren la discriminación étnico-religiosa?


El choque de fanatismos, no de civilizaciones.


No estamos ante un choque de civilizaciones, incluso porque la cristiana tiene las mismas raíces que la islámica. Estamos ante un choque de fanatismos, aunque algunos de ellos no aparezcan como tales por sernos próximos. La historia muestra cómo muchos de los fanatismos y sus choques estuvieron relacionados con intereses económicos y políticos que, en realidad, nunca beneficiaron a los que más sufrieron con tales fanatismos. En Europa y sus áreas de influencia es el caso de las cruzadas, de la Inquisición, de la evangelización de las poblaciones colonizadas, de las guerras religiosas y de Irlanda del Norte. Fuera de Europa, una religión tan pacífica como el budismo legitimó la masacre de muchos millares de miembros de la minoría tamil de Sri Lanka; del mismo modo, los fundamentalistas hindús masacraron a las poblaciones musulmanas de Guyarat en 2003 y el eventual mayor acceso al poder que han conquistado recientemente con la victoria del Presidente Modi hace prever lo peor.


Es también en nombre de la religión que Israel continúa imponiendo la limpieza étnica de Palestina y que el llamado Emirato Islámico masacra poblaciones musulmanas en Siria y en Irak. ¿La defensa de la laicidad sin límites en una Europa intercultural, donde muchas poblaciones no se reconocen como tales, será después de todo una forma de extremismo? ¿Los diferentes extremismos se oponen o se articulan? ¿Cuáles son las relaciones entre los yihadistas y los servicios secretos occidentales? ¿Por qué los yihadistas del Emirato Islámico, que ahora son terroristas, eran “combatientes de la libertad” cuando luchaban contra Kadhafi y contra Assad? ¿Cómo se explica que el Emirato Islámico sea financiado por Arabia Saudita, Catar, Kuwait y Turquía, todos aliados de Occidente? Una cosa es cierta, por lo menos en la última década: la gran mayoría de las víctimas de todos los fanatismos (incluyendo el islámico) son poblaciones musulmanas no fanáticas.
 

El valor de la vida


La repugnancia total e incondicional que los europeos sienten ante estas muertes debe hacernos pensar por qué razón no sienten la misma repulsa ante un número igual o mucho mayor de muertes inocentes como resultado de conflictos que, en el fondo, ¿tal vez tengan algo que ver con la tragedia de Charlie Hebdo? En el mismo día, 37 jóvenes fueron muertos en Yemen en un atentado con bomba. El verano pasado, la invasión israelita causó la muerte de dos mil palestinos, de los cuales cerca de 1.500 eran civiles y 500 niños. En México, desde el año 2000 fueron asesinados 102 periodistas por defender la libertad de expresión y, en noviembre de 2014, 43 jóvenes fueron asesinados en Ayotzinapa.


Ciertamente que la diferencia en la reacción no puede estar basada en la idea de que la vida de europeos blancos, de cultura cristiana, vale más que la vida de europeos de otros colores o de no europeos de culturas basadas en otras religiones o regiones. ¿Será entonces porque estos últimos están más lejos de los europeos y estos los conocen menos? ¿Acaso el mandato cristiano de amar al prójimo permite tales distinciones? ¿Será porque los grandes medios y los líderes políticos de Occidente trivializan el sufrimiento causado a esos otros, cuando no los demonizan al punto de hacernos pensar que ellos no merecen otra cosa?

Publicado 2 daysago por E. D. H Cuba

fuente: http://cubaendefensadelahumanidad.blogspot.com/2015/01/charlie-hebdo-una-reflexion-dificil-por.html

 

 

 

Ataque a París bandera falsa de la Cia:

 

 

http://actualidad.rt.com/actualidad/163407-ataque-paris-bandera-falsa-cia

Soraya Sepahpour Ulrich, investigadora independiente y escritora con sede en Irvine, California, sostiene que algunos indicios llevan a pensar que el ataque en París fue una operación de bandera falsa llevada a cabo por la CIA.

 

 

Ulrich comentó en una entrevista telefónica con Press TV que “todo el incidente de París ha sido un enigma para muchos… y uno tiene que encontrar conexiones para encontrar lo que realmente está pasando”.

“Se nos ha dicho por los medios de comunicación, los medios de comunicación occidentales, que un periodista yemení ha afirmado que se había entrevistado con Kouachi, que fue responsable del ataque en París, o uno de los responsables”, dijo enfatizando que este “tenía vínculos con ‘el terrorista de la ropa interior’, acusado querer explotar un avión en Navidad de 2009”.

Umar Farouk Abdulmutallab fue declarado culpable de intentar detonar explosivos plásticos escondidos en su ropa interior mientras iba a bordo del vuelo 253 de Northwest Airlines, en ruta de Amsterdam a Detroit, Michigan.

“Bueno, resulta que los medios de comunicación aquí están tan ocupados en difundir esta información que se volvieron a olvidar de la información que nos dieron principalmente. Por ejemplo, en 2012, nos dijeron que ‘el terrorista de la ropa interior’ era de hecho obra de la inteligencia de la CIA con los saudíes“, comenta.

LEER MÁS: Francia en alerta tras el ataque a ‘Charlie Hebdo’

Funcionarios estadounidenses y yemeníes dijeron a la agecia AP en mayo de 2012 que el llamado ‘terrorista de la ropa interior’, de hecho, trabajaba bajo cobertura de la inteligencia saudí y de la CIA, cuando se le dio un nuevo tipo de bomba no metálica destinada a conseguir pasar la seguridad del aeropuerto. 

A las personas no se les dice la verdad; están diciendo un montón de mentiras que, supuestamente, no están conectadas y, de alguna manera, cuando se conectan trazamos de nuevo el rastro hacia los servicios de inteligencia, como la CIA”, subraya.   

A su juicio, con la información sobre el terrorista de la ropa interior que trabajaba para la CIA “se ha establecido virtualmente el hecho de que se trataba efectivamente de una operación de bandera falsa“.

 

 

Charlie Hebdo como pretexto
 
 
http://www.voltairenet.org/article186455.html
 
por Thierry Meyssan
 
Sin vacilación, millones de franceses acaban de salir a las calles en defensa de la libertad de expresión y de culto mientras que los políticos y la prensa, violadores de esas libertades, explotan esa reacción popular para redorar su propia imagen pública. Thierry Meyssan estima que el gobierno de Francia ha orquestado una manipulación de gran envergadura para exhibirse a la cabeza de una gran manifestación popular precisamente en momentos en que busca cómo justificar una nueva operación militar en Libia.
 
En 3 días, un grupo de 4 o 5 personas que dijeron actuar en nombre de al-Qaeda en Yemen y del Emirato Islámico (Daesh) masacró en Francia a los miembros de la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo y asesinó después a una agente de la policía municipal así como varios rehenes, en 3 acciones diferentes.
Francia, que no había conocido hechos de tanta violencia desde la época de los atentados de la OAS [1], hace más de 50 años, reaccionó proclamando «¡Todos somos Charlie!», abatiendo a 3 de los terroristas y organizando una gran manifestación de varios millones de personas.
 
El presidente la República, Francois Hollande, recibió a los jefes de los partidos políticos representados en la Asamblea Nacional, lanzó un llamado a la unidad nacional y participó personalmente en la manifestación acompañado de unos 50 jefes de Estado y de gobierno extranjeros.
En un artículo anterior [2], observé que el modus operandi de los terroristas no tenía nada que ver con el comportamiento habitual de los yihadistas sino más bien con el de un comando militar. A partir de lo cual señalé que poco importa quiénes fueron los ejecutores y que lo único verdaderamente importante es saber quién está detrás de ellos. Ahora quisiera, en este segundo artículo, referirme a las reacciones que esos hechos están suscitando.
 
Suspensión del derecho a organizar manifestaciones
 
Inmediatamente después del anuncio de la masacre perpetrada en las oficinas de Charlie Hebdo, hacia el mediodía del 7 de enero de 2015, el primer ministro francés Manuel Valls decidió implantar el Plan Vigipirate-atentados en toda la región parisina. Este plan incluye un centenar de medidas de aplicación automática y unas 200 medidas opcionales. Entre las medidas, el ministerio del Interior anunciaba la suspensión de todas las manifestaciones ya autorizadas. Las autoridades temían que los terroristas disparasen contra la multitud.
Pero un partido de extrema izquierda llamaba a manifestar de inmediato en señal de respaldo a Charlie Hebdo. Luego de varias horas de vacilación, el prefecto de policía autorizaba una manifestación en la que habrían de participar unas 100 000 personas. Más extraño aún, el primer ministro declaraba una jornada de duelo nacional para el día siguiente, 8 de enero. Las autoridades locales organizaron numerosos mítines para observar un minuto de silencio. Y, todavía más sorprendente, el Partido Socialista llamaba a la realización –el domingo 11– de una gran manifestación nacional que reuniría más de 2 millones de personas en París.
 
O sea, el gobierno prohibió las manifestaciones por considerar que podían ser peligrosas para los participantes. Pero los miembros de ese mismo gobierno organizaron una manifestación gigantesca e invitaron además a jefes de Estado y de gobierno extranjeros sin plantearse ningún tipo de inquietud por cuestiones de seguridad.
Esta manipulación demuestra que, al contrario de lo que declaró públicamente, el gobierno conocía con precisión la verdadera importancia de la amenaza y sabía que no había peligro para las manifestaciones.
De todo esto, optaremos por retener la extraordinaria muestra de entusiasmo popular por la libertad.
Unión nacional
 
En esta situación de crisis, la derecha y la izquierda se pusieron de acuerdo para participar juntas en una manifestación nacional. Pero ¿para manifestarse a favor de qué y contra quién?
Nos enteramos así de que tanto los dirigentes de derecha como los de la izquierda compartían los valores antirreligiosos, antinacionales y antimilitaristas del muy izquierdista semanarioCharlie Hebdo . Ya se sabía que el fundador de la publicación,Philippe Val, era amigo de Sarkozy. Ahora nos enteramos súbitamente de que Charb, el nuevo director del semanario, estaba involucrado sentimentalmente con una ex ministra de derecha, Jeannette Bougrab.
 
Esta última fue invitada al noticiero del canal francés de televisión TF1. Muy emocionada, habló de su relación sentimental con el caricaturista. Luego presentó las convicciones antirreligiosas de Charb como un compromiso laico contra el islamismo para compararlo después con Jean Moulin y pedir que el caricaturista sea inhumado en el Panteón –como el gran héroe de la Resistencia francesa contra la ocupación nazi que fue Jean Moulin. Jeannette Bougrab terminó revelando que ella y Charb habían pensado en irse de Francia y rehacer sus vidas en otra parte. En pocas palabras, la ex ministra de derecha acaba de mostrar su desprecio por sus propios conciudadanos, de asimilar el laicismo a la lucha contra la religión y de poner un humorista antinacional al mismo nivel que el fundador del Consejo Nacional de la Resistencia. Por mucho que proteste la familia de Charb, Jeannette Bougrab ha sembrado la duda.
 
Y para que se entienda bien en qué consiste la «unión nacional» de la que nos hablan la derecha y la izquierda, varios líderes socialistas declaran que el Frente Nacional será excluido de la manifestación «republicana». ¿Acaso se ha entendido bien la enormidad de ese anuncio? Los líderes políticos del país invocan la República para excluir a sus propios rivales. Finalmente, el FN se unió a las manifestaciones realizadas en diferentes ciudades del interior de Francia.
Unión internacional
 
El presidente de Francia quiso dar solemnidad a la manifestación de París invitando a ella a todo tipo de jefes de Estado y de gobierno.
Entre los que vinieron a la manifestación de París pudimos ver a David Cameron y Benyamin Netanyahu, cuyos países gozan de una censura militar omnipotente; al secretario de Justicia estadounidense Eric Holder, cuyo país es tan amante de la libertad de prensa que ha bombardeado y destruido numerosas estaciones de televisión, desde la de Belgrado –en la ex Yugoslavia– hasta las de Libia–; al primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, cuyo país prohíbe la construcción de iglesias cristianas (aunque ahora parece dispuesto a autorizar una). Y tampoco podemos olvidar que hace poco Netanyahu felicitaba personalmente a los heridos de al-Qaeda que reciben cuidados en hospitales israelíes y que los países de Eric Holder, Ahmet Davutoglu y la Jordania rey Abdallah reorganizaron el Estado Islámico en enero de 2014.
 
¿Qué hacían entonces estos personajes en París? En todo caso no estaban defendiendo la libertad de expresión ni la libertad de culto, que sus países combaten activamente.
 
La libertad de expresión
 
No fueron los políticos los únicos que trataron de mejorar su imagen exhibiéndose en la manifestación de París. También lo hizo la prensa, que ve en Charlie Hebdo un ejemplo de la libertad que ella misma pisotea constantemente con su permanente autocensura y mostrándose cada vez más solidaria con los crímenes que el gobierno comete en el extranjero.
 
Es verdad que son numerosos los medios de prensa existentes en Francia. Pero también es cierto que se trata de una prensa extremadamente conformista y, por consiguiente, nada pluralista. Esto se refleja incluso en la unanimidad de esa prensa al presentar el semanario satírico ya que, al contrario de lo que afirma esa prensa, Charlie Hebdo se oponía a la libertad de expresión cuando abogaba por la ilegalización del Frente Nacional o militaba a favor de la censura de internet.
En todo caso, no podemos más que regocijarnos al ver la prensa retomar ¡por fin! la defensa de quienes son víctimas de ataques por lo que han dicho o escrito.
 
Sobre la pista yihadista
 
Prosiguiendo su investigación tras la pista equivocada, la prensa francesa traza el perfil de los terroristas y se olvida de tratar de encontrar a los que les dieron las órdenes. Y nos dice, con la mayor seriedad, que esta ola de atentados se debe a una colaboración entre al-Qaeda en Yemen y el Emirato Islámico, olvidando que esas dos organizaciones están en guerra entre sí desde hace más de un año, una guerra feroz que ya cuenta más de 3 000 víctimas en ambos bandos.
Son por lo tanto sorprendentes tales referencias, y es probable que dentro de poco aparezca algo –algún hecho o noticia– que vincule los hechos de París con Libia. En efecto, si Francois Hollande sigue los pasos de George W. Bush, bien pudiera decidir una intervención en Yemen, a pesar de que algo así no sería de interés para Francia. En todo caso, el general Puga, jefe del estado mayor particular de Hollande, está preparando actualmente una nueva intervención militar en Libia.
Esta última sería un blanco mucho más lógico ya que Francia podría esperar obtener ahora los dividendos que nunca llegaron en el momento de su primera intervención en Libia. Francia culminaría así el proyecto estadounidense de rediseño del «Medio Oriente ampliado», correspondiente a lo publicado en elNew York Times por la periodista Robin Wright en septiembre de 2013 [3], proyecto que el Emirato Islámico ya está concretando en Irak y en Siria.
Thierry Meyssan
               
[1] La Organización del Ejército Secreto, OAS según sus siglas en francés, fue creada en 1961 en el marco de la guerra sucia de Francia contra el movimiento de liberación de Argelia.
[2] «¿Quién está detrás del atentado contra Charlie Hebdo? », por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 8 de enero de 2015.
[3] “Imagining a Remapped Middle East”, Robin Wright, The New York Times Sunday Review, 28 de septiembre de 2013.