La Secretaría Distrital de Ambiente (SDA) visitó 90 negocios de esta zona de la capital, entre talleres de mecánica, lavaderos, bodegas y sitios de metalmecánica. Los 70 que presentaron impactos ambientales deben mitigar la problemática para evitar futuras sanciones económicas.
SDA, septiembre 17/2012.- El pasado jueves 13 de septiembre, una cuadrilla de funcionarios de la Secretaría de Ambiente se tomó el barrio Puente Aranda, ubicado en la localidad del mismo nombre, entre las calles 13 y 17 y carreras 52 y 59.
El propósito era verificar el cumplimiento ambiental en cuanto a aceites usados, residuos peligrosos y vertimientos de los negocios de la zona, en su mayoría talleres de mecánica, lavaderos, bodegas y de metalmecánica.
En total fueron visitados 90 establecimientos, de los cuales 70 recibieron un “jalón de orejas” por no cumplir la normatividad y serán requeridos por la Secretaría de Ambiente para que mitiguen sus problemáticas.
La SDA volverá a visitar el sector para constatar el cumplimiento. Si no acatan podrían ser multados hasta con 5 mil salarios mínimos mensuales legales vigentes, además de recibir medidas preventivas de suspensión de actividades y hasta el cierre definitivo de sus establecimientos.
Los residuos peligrosos son aquellos con características corrosivas, reactivas, explosivas, tóxicas, inflamables, infecciosas y radioactivas que pueden causar riesgo o daño al ser humano y al ambiente. También lo conforman los envases, empaques y embalajes que hayan estado en contacto con esta clase de residuos.
Dentro de este grupo se encuentran los aceites usados, que son todo el aceite lubricante, de motor, de transmisión o hidráulico con base mineral o sintética de desecho que por efectos de su utilización, se haya vuelto inadecuado para el uso asignado inicialmente.
Según la Resolución 1188 de 2003, está prohibido almacenar aceites usados en tanques fabricados en concreto, revestidos en concreto o cemento; disponer residuos de aceites o de materiales contaminados con éstos mediante los servicios de recolección de residuos domésticos; mezclarlos con cualquier tipo de residuo sólido, orgánico e inorgánico, como barreduras, material de empaque, filtros, trapos, estopas, plásticos o residuos de alimentos.
Igualmente el cambio de aceite motor o de transmisión en espacio público o en áreas privadas de uso comunal; y tener depósitos o vertimientos de aceites usados sobre el suelo.
Según el Decreto 4741 de 2005, todos los establecimientos que generan residuos peligrosos deben contar con un plan de gestión integral de los residuos para minimizar su cantidad y peligrosidad.
“El manejo inadecuado de este tipo de residuos no sólo afecta la salud de los ciudadanos, sino los cuerpos hídricos cercanos, como lo es en este caso la cuenca del río Fucha. Estos aceites llegan a la red de alcantarillado, que va a parar en este río urbano”, manifestó Susana Muhamad, Secretaria Distrital de Ambiente.
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