Por Bayardo Ariza
La metodología para detectar quién fue el determinador de los delitos que hoy llevan a la cárcel por 25 años al Sr. ex-director del DAS podría ser, por ejemplo, la del descarte en la que se va dejando de lado a quienes no se favorecían para nada o para muy poco, tan poco que no ameritaría que se comprometieran en delitos tan graves, y quién se podía favorecer con el asesinato del Profesor D´Andreis y de dirigentes sindicales,
bastaría analizar el comportamiento de las autoridades regionales y de las directivas de las entidades que estas personas criticaban desde su condición de activistas, escritores, sindicalistas etc, o también, los grupos criminales que querían hacer carrera y tomar poder en estas regiones y en estas instituciones y las autoridades militares y de policía legítimamente constituidas, pero prostituidas por la ambición económica o el odio ideológico contra quienes piensan distinto, defienden los intereses de los más débiles y lo manifiestan valerosamente sin importar el peligro que puedan correr sus vidas por la intolerancia de los criminales, en la medida en que se ven favorecidos económicamente o anímicamente. O podría ser la de las autoridades, como grupo o personalmente, que investidas de gran responsabilidad social y política van haciendo manifestaciones y dando declaraciones intemperantes, manifestando desprecio por la institucionalidad y odio contra los contradictores y contra quienes no aceptan a rajatabla sus teorías o sus políticas, en busca de sostenerse al frente de las altas dignidades, sin que importe que los subalternos los malinterpreten o los interpreten acomodaticiamente y resuelvan actuar de la manera que les parece mejor para ganarse el favor de la alta dignidad.
Esto último, las más de las veces, es el comportamiento elegido por aquellos determinadores que, en todo caso, buscan esa “malainterpretación” o ese comportamiento “acomodaticio” de manera planificada de tal suerte que si son pillados los agentes directos, como es el caso de Noguera; puedan salir a decir que fue a sus espaldas, que fueron engañados, asaltados en su buena fe, etc, etc, buscando eludir cualquier responsabilidad y actuando como lo que son: Traidores, criminales , asesinos válidos de poder político y social.
No obstante, autoridades acuciosas nacionales o internacionales siempre podrán encontrar pistas claras dejadas por estos malandrines, para buscar sancionarlos condignamente.
Desde las calles de Colombia. Septiembre 14 de 2011