Gubernamentalidad Neoliberal colombiana,
su inducción represiva
(Un ejercicio de antropología visual)
Por Carlos Duarte (Ladirekta y Centro de Pensamiento Raizal)
A propósito de la Ley de victimas: recordando la fase de introducción armada del actual modelo de gubernamentalidad neoliberal colombiano, a pesar de los dispositivos de olvido oficialistas.
La aprobación e implementación de la Ley 1448 de 2011 definirá el contexto del campo colombiano en los años a venir. Pero además, se supone que la Ley de Víctimas dotara a la sociedad colombiana de una política de Estado que reconocerá y garantizará los derechos de las víctimas y de la sociedad impactada durante décadas por graves violaciones a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario.
Es en referencia este último aspecto al que nos queremos referir brevemente. ¿Cuál es la relación entre la consolidación de una gubernamentalidad neoliberal y una política de atención a las victimas del conflicto? Evidentemente, el punto de articulación tiene que ver con los dispositivos de la memoria. ¿Qué recordaran las generaciones futuras? y ¿Cuáles serán los códigos para interpretar la historia reciente del país? En este sentido, cuando el recordar esta mediado por una indemnización económica estamos directamente en el campo de una gubernamentalidad neoliberal. Neoliberalismo es hacer de si mismo un empresario, un “empresario de si”. De acuerdo con el Nacimiento de la Biopolítica de Foucault, lo que el neoliberalismo, en su vertiente norteamericana pretende, es “ …ampliar la racionalidad del mercado, los esquemas de análisis que dicha racionalidad presenta, y los criterios de decisión que ésta implica, a ámbitos no exclusiva ni predominantemente económicos: la familia y la natalidad, pero también la delincuencia y la política penal”. En este caso, el aspecto a ser digerido bajo los intereses del mercado son los dispositivos de “la memoria”. Cuando lo que se recuerda esta limitado por los bordes de una indemnización monetaria, fijada además bajo los términos de una tecnocracia judicial sustentada en “… enterrar definitivamente a los muertos” (Ver abajo en Video No 4. La política oficialista del olvido (08:40 minutos), estamos hablando de la legitimación de una política del recuerdo cómodamente instalada en los terrenos del neoliberalismo.
De otra parte, en esa dinámica de recordar por fuera del mercado es imprescindible no olvidar que la fase actual de gubernamentalidad neoliberal no ocurrió solamente bajo los avatares del mercado mismo o la confrontación discursiva; su imposición hegemónica debió implementar además, toda una ofensiva militar y una concepción clasista de la justicia sobre los adversarios del campo político (Ver abajo videos No 3 y No2) . Dicho adversario a lo largo de la década de los 80s – 90s serian las estructuras sindicales y los dirigentes sociales en defensa de los bienes públicas y las autonomías territoriales locales y regionales ( Ver abajo video No 4).
Comúnmente y sobre todo desde los discursos oficialistas se apela al equilibrio autónomo del mercado como máxima política, sin embrago dichas afirmaciones tienden a ocultar que liberalismo y neoliberalismo no son lo mismo. El problema del liberalismo es “[…] como una sociedad política puede dividirse para introducir un espacio ‘libre’ que seria el del mercado. (Foucault 2004:137)”; sin embargo el problema del neoliberalismo es el contrario, “[…] descubrir como puede arreglarse un ejercicio global del poder político bajo los principios de una economía de mercado. No se trata, entonces, de liberar un espacio vacío, sino de articular y proyectar sobre un arte general de gobernar los principios formales de una economía de mercado”. (Ibíd.).
Si comprendemos estas diferencias podremos observar como se cierra el modelo neoliberal de gobierno para el caso colombiano, (Ver video No 4 “Eliminación de los obstáculos al programa económico neoliberal por medio de la judicialización de la protesta social” (03:00 minutos) y “La represión disciplinaria” (04:05 minutos). Entonces bajo una gubernamentalidad neoliberal no solamente es importante el desplazamiento de los intereses políticos hacia los ordenes pragmáticos de la economía, al mismo tiempo el neoliberalismo necesita de “[…] una política activa y extremadamente vigilante” (Foucault Op. Cit.:138). Dispositivos de disciplinamiento que en el caso colombiano se articularon con las fuerzas armadas y el sistema judicial. Por paradójico que parezca, el neoliberalismo es una economía de mercado sin laissez-faire, es decir: una política activa sin direccionalidad. El neoliberalismo, por lo tanto se establece al contrario del laissez-faire, bajo el signo de una vigilancia y una actividad de intervención permanente. Es posible encontrar en todos los textos de los neoliberales abordados por Foucault “[…] la tesis de que el gobierno bajo un régimen liberal es un gobierno activo, es un gobierno vigilante, es un gobierno intervencionista, y lo hace con formulas que ni el liberalismo clásico del siglo XIX, ni el anarco-capitalismo estadounidense contemporáneo podrían aceptar” (Ibid.). Es así como la introducción del modelo neoliberal de gobierno bajo el cual se termino con el proyecto del Welfare State criollo, tuvo que pasar necesariamente por la eliminación de las barreras sociales que se mostraban contraria a su lógica privatizadora y de adelgazamiento de lo público.
En este contexto los invitamos a repasar el modelo de inducción armado y jurídico del actual modelo neoliberal de gobierno, recordando la obra del reconocido abogado y defensor de las causas sindicales Eduardo Umaña Mendoza, justo en el momento de su implementación sistemática, a lo largo de las décadas de los 80s y 90s. Desde el punto de vista de la obra práctica de Umaña, podremos rastrear el transito desde un ciudadano sujeto de derechos –homo juridicus-, el cual se organiza políticamente para demandar reformas democráticas y participativas en la toma de decisiones estatales, hacia su progresiva sustitución, desde el punto de vista técnico estatal, por la figura neoclásica del “homo œconómicus”. En este marco de relaciones un modelo neoclásico o neoliberal de gobierno, se constituye bajo la dualidad entre libertad y represión, de un lado propende por la libertad de las fuerzas del mercado, y del otro lado introduce los dispositivos de control estatal necesarios, para mantener un escenario propicio para la acumulación.
AUDIOVISUALES EDUARDO UMAÑA MENDOZA,