Gloria Flórez Schneider. Parlamentaria Andina.
Desde Berlín escribo esta columna para compartir esta experiencia de acompañamiento a la delegación de la Alianza Departamental de Mujeres del Putumayo, TEJEDORAS DE VIDA, acreedoras del Premio Franco Alemán para los Derechos Humanos Antonio Nariño 2011 2012, en su gira para presentar su valioso
trabajo de y para las mujeres y comprometer los esfuerzos de Francia y Alemania, del Parlamento Europeo y de la sociedad civil por la Paz de Colombia. Con Fátima Muriel, Emerenciana Chicunque y Amanda Camilo, hemos hecho un trabajo de sensibilización acerca del impacto de la guerra en la vida de las mujeres, los niños y las niñas, así como, mostrado los procesos de resistencia, reconstrucción del Tejido Social, y organización productiva y política de las mujeres en el departamento del Putumayo.
La agenda organizada por los gobiernos de Francia y Alemania incluye representantes de los Ministerios de Relaciones Exteriores, de Cooperación y de la Mujer, Parlamentarios Nacionales y Europeos, Consejo y Tribunal Europeo, medios
de comunicación, organizaciones no gubernamentales, así como, organizaciones de
mujeres que trabajan por las víctimas y los derechos de las mujeres.
En medio de la agitada agenda, de las preguntas por el futuro de la paz en Colombia, de los dolores que causa rememorar y trasmitir cada hora la tragedia que hemos y seguimos viviendo, atravesamos la memoria de esta ciudad, los vestigios del Muro de Berlín, los Museos y lugares que evocan 26 años de infamia. 26 años en los que dividieron a Berlín en dos pedazos, la de este de la República democrática Alemana,
la del Oeste la que representaba la República federal Alemana. 26 años de familias divididas, de lágrimas tras el muro, de abrazos detenidos y amores que quedaroninconclusos esperando el regreso o mejor dicho, la caída de la infamia.
No puedo dejar de sentir en este país reunificado, en esta ciudad sin muros que goza de la libertad, de la expresión y el amor, en la situación de Colombia, en los muros construidos que provocaron dolores centenarios en nuestros pueblos indígenas originarios, en los pueblos afro esclavizados, en los campesinos, mujeres, trabajadores explotados y discriminados. Esos muros causantes de tantas guerras sucesivas, entre ellas esta última de 50 años, que ha desangrado, desplazado, usurpado las tierras y territorios de nuestra Colombia.
No puedo dejar de soñar en la paz y la reunificación de Colombia, que supone derribar los muros de la discriminación y exclusión política, étnica, social cultural; los muros de la pobreza, de la impunidad que ha pretendido el olvido sobre centenares de años de muerte, despojo y desolación. Por eso, desde la constatación que hacemos en Europa de que es posible superar la guerra, reconciliar, curar heridas, recuperar la Memoria para que NUNCA MAS suceda, proclamamos como mujeres que decidimos DERRIBAR EL MURO EN COLOMBIA para construir la Paz y el Reencuentro de todos y todas.
Decidimos que la esperanza será nuestra fuerza para trabajar e incidir en proceso de diálogo y negociación política con las FARC y con el ELN, en el que la voz y participación de las mujeres y la sociedad civil será fundamental para garantizar la vida, la paz, la reconstrucción democrática y el reencuentro de los colombianos y colombianas
gloriaFlorez@parlamentoandino.org