“¡La educación es un derecho y no una mercancía!”.
Con este lema, miles de estudiantes universitarios y de secundaria, profesores, sindicatos e integrantes de organizaciones sociales han marchado el 7 de septiembre,
por las calles de las principales ciudades colombianas, durante la denominada Jornada de Movilización Nacional, secundada por 19 universidades.
Una convocatoria conjunta realizada por parte de la Federación Colombiana de Educadores y la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, tras una reunión de ambas partes celebrada el 20 y 21 de agosto en la Universidad Distrital de Bogotá.
La marcha más numerosa se ha llevado a cabo en Bogotá bajo una fina lluvia, recorriendo la Carrera Séptima -una de las arterias de la capital- desde el Planetario hasta la Plaza Simón Bolívar. Alrededor de 10 mil personas han realizado este recorrido sin que se produjeran incidentes de importancia, salvo algunas pintadas en locales comerciales y en la estación del Transmilenio del sector de Las Aguas. La intensa circulación de vehículos que normalmente registra esta avenida ha sido desviada a otras vías aledañas, provocando atascos en algunos sectores cercanos.
Movilizaciones que tienen su antecedente el pasado marzo, cuando el presidente Juan Manuel Santos anunciab
a el proceso de modificación de la Ley de Educación Superior (Ley 30 de 1992), y el pasado 7 de abril, día que Bogotá vivió una intensa jornada de movilizaciones estudiantiles. Convocatorias que comparten el objetivo principal de paralizar la reforma de algunos puntos de la citada ley que el actual gobierno colombiano tiene prevista y que permitiría la entrada de capital privado en la investigación de las instituciones universitarias públicas. Desde las organizaciones estudiantiles y de educadores denuncian que, con la apertura de esta puerta, se subordinarían las líneas de la investigación académica a las directrices marcadas por las entidades que inviertan su capital en la universidad y que de consolidarse, según estos colectivos, supondría la privatización total del sistema educativo superior colombiano.
Por ello, demandan que el desarrollo de dicha reforma se rija bajo los ejes de la financiación de la educación, la calidad académica y la autonomía y democracia universitarias, entre otros.
Ocultaran el Sol con un Dedo, pero no la Voz de los Estudiantes
Por: Federación de Estudiantes Universitarios
Ayer 7 de Sptiembre, el estudiantado colombiano llenó a lo largo y ancho del País las calles con sus voces inconformes, con sus consignas beligerantes y sus irreverentes formas de manifestar su descontento con el modelo de educación existente en la actualidad, y con aquel que se proyecta en el marco de la reforma a la ley 30 adelantada por el gobierno Santos.
Una gigantesca movilización de estudiantes de las Universidades Públicas, Privadas, Secundaria y el SENA, se desarrolló en todas las ciudades del país; la magnitud de la movilización universitaria ha demostrado la formidable y entusiasta perspectiva de reconstrucción de un movimiento estudiantil unitario, digno, rebelde, beligerante y consciente; justamente aquel que requiere el desafió de avanzar hacia una Universidad para la segunda, y definitiva, independencia. Siendo esta la segunda cita del estudiantado colombiano en su lucha contra el modelo neoliberal y antidemocrático de Juan Manuel Santos, habrá que decir, que por segunda vez los estudiantes han demostrado con creces su rechazo al modelo educativo para la reproducción de la miseria que se busca profundizar con la medida legislativa del gobierno, y por tanto, su compromiso con la educación y con un nuevo país, una Colombia realmente soberana.
Sin embargo, dicha movilización expresó un segundo aspecto de fundamental importancia: el posicionamiento de la MANE – Mesa Amplia Nacional Estudiantil – como referente unitario de los estudiantes colombianos, y con ello, la trascendencia del programa mínimo como bandera de lucha estudiantil que trascienda lo reivindicativo y avance hacia un nuevo modelo de Educación Superior en Colombia; en relación con ello, ha quedado claro el compromiso y fortaleza de los objetivos de la MANE: Hundimiento de la reforma a la ley 30 y construcción democrática de una propuesta alternativa que reivindique la educación como derecho.
Y es que en el contexto de la reforma se vulnera claramente la autonomía universitaria, se establecen medidas e instituciones para regular, vigilar y controlar – ¿castigar? – a las instituciones educativas; la funcionalización de los currículos académicos, basados en las competencias, hacia los intereses del sector privado – despojando de los fines de la educación superior, su contribución a la sociedad en general, a sus problemáticas y más sentidas necesidades -, justamente aquel que ha sumido en la miseria a gran parte de la población colombiana, aquel sector que se alió, cuando no era él mismo, con el paramilitarismo regando de sangre los campos y ciudades colombianos, para robar de esa tierra sus ganancias y transportarlas en sus “locomotoras”; esa sangre con la que fue firmado el TLC que exige al país adecuar el sistema educativo a las leyes de la oferta y la demanda – hecho que se busca consumar precisamente en esta reforma -; una reforma que se cimenta sobre el deterioro financiero de las universidades públicas y el SENA para introducir esquemas empresariales en su accionar y sus resultados. Es decir, profundizar el modelo de educación nacional como un sistema de “proveedores” de educación en busca de “clientes – mercancías” basado en un esquema de formación en competencias que garantice la “pertinencia” y la “eficiencia” del modelo. Todo bajo el principio de la “libre competencia”.
Los estudiantes dijimos hoy, de nuevo, que rechazamos la educación como mercancía y la reivindicamos como derecho, reconociéndonos como sujetos activos y transformadores y no como “capital humano”. Enarbolamos nuestro programa mínimo, nuestro espíritu unitario para afrontar la encrucijada en la que se encuentra la educación superior. La respuesta del gobierno no nos sorprende, la esperábamos en su represiva “ley de seguridad ciudadana”; a gases lacrimógenos, a sangre, a Frente Nacional huele la democracia de la Unidad Nacional, rechazamos las agresiones policiales a los estudiantes de Medellín, Tolima y Tunja; expresamos nuestra más sincera solidaridad con nuestros compañeros y les enviamos desde la FEU nuestra voz de aliento. ¿Y los grandes medios?: Mientras el Tiempo habla de una movilización de educadores por la salud –FECODE se movilizó por garantías en el régimen especial en salud del magisterio-, y no menciona a los estudiantes ni la razón de su presencia en las calles; el Espectador habla de destrozos en la movilización. Ahora resulta que somos los estudiantes los culpables de las agresiones policiales.
Aunque es conocida la desinformación cómplice de los grandes medios, para dispersar el debate real que pusimos hoy en las calles y señalar la dignidad como vandalismo o terrorismo; creemos que si hubo destrozos: se destrozó completamente la careta “democrática” del gobierno nacional, se destrozó la supuesta “seguridad ciudadana” evidenciando su naturaleza represiva para con el descontento social y popular; se han destrozado las esperanzas del gobierno de que el estudiantado decline sus banderas retirando el ánimo de lucro de la reforma. Nuestras consignas, nuestros objetivos, siguen vigentes, y no declinamos nuestra lucha.
Intentaron tapar con un dedo el sol de un nuevo amanecer para la juventud colombiana; pero no lo lograron ni lo harán: porque la marcha inició un 7 de septiembre, pero no ha finalizado. Hemos decididoiniciar una gran Marcha Nacional Estudiantil, cuyo punto de concentración es la unidad del movimiento estudiantil; su punto de llegada: un nuevo modelo de Universidad construido democráticamente, y su fecha: aquel momento en el que la juventud colombiana demuestra estar a la altura del reto que implica la defensa de una educación y una Universidad para la segunda, y definitiva, independencia. Puede que este 7 de septiembre los grandes medios y el gobierno nacional intentaran opacar nuestra luz; pero no lograron silenciar nuestra voz inconforme, digna, rebelde. Desde la FEU – Colombia avanzamos con entusiasmo en esta lucha, con el programa mínimo como bandera, con la MANE como estandarte; solamente el movimiento estudiantil de la mano de los sectores sociales y populares, al lado de las iniciativas de unidad como la Marcha Patriótica podrá construir ese modelo de educación que realmente necesitamos.