CARLOS JULIO AGUDELO FORERO: MISTICISMO Y ABSTRACCIÓN

Pintor · Escultor · Restaurador de Obras de Arte

Presentación general de Carlos Julio Agudelo Forero

Carlos Julio Agudelo Forero (Bogotá, 21 de septiembre de 1946) es un artista plástico colombiano con más de seis décadas de trayectoria en el arte nacional e internacional. Pintor, escultor y restaurador de obras plásticas, ha forjado una carrera sólida influenciada por su legado familiar, desde los primeros pasos en los talleres de escultura mística religiosa hasta la consolidación de un estilo propio que conjuga lo ancestral, lo abstracto, lo espiritual y lo humano.

Estudió en la Escuela de Artes de Bogotá entre 1972 y 1974, hoy conocida como la Facultad de Artes ASAB de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Participó en importantes exposiciones colectivas, bienales y salones de arte, dejando su huella en espacios como la Galería San Diego, el Museo de Arte Contemporáneo y la Bienal de Artes de Suba, así como en países como Dinamarca y Venezuela.

Su obra escultórica ha estado presente en múltiples espacios de cultura y contemplación, como el Parque Jaime Duque, siendo el escultor y pintor de los principales murales del insigne parque. Su recorrido en las artes está profundamente ligado a las artes plásticas, la figura humana y la escultura abstracta, y el arte religioso, pero también ha desarrollado un lenguaje pictórico libre y simbólico, influido por lo místico y lo popular.

Infancia y herencia artística familiar

Carlos Julio Agudelo Forero nació en el seno de una familia con profunda tradición artística. Su abuelo, Carlos Eduardo Forero, oriundo de Santa Rosa de Viterbo (Boyacá), fue un reconocido escultor y director del taller “El Vaticano de Arte Místico”, uno de los más importantes de Bogotá en escultura religiosa. Este espacio sería, para el joven Carlos Julio, una escuela viva donde el mármol, la madera y el yeso tomaban formas sagradas.

Su tío, Jorge Enrique Forero, continuó con esta vocación artística y llegó a ser decano de la Facultad de Arte en la Universidad Católica de Venezuela, ampliando así la influencia familiar al campo académico y latinoamericano.

Desde los 12 años, Carlos Julio comenzó a vender sus primeras esculturas religiosas, muchas de ellas expuestas en el tradicional almacén de Blas Brando en el centro histórico de Bogotá (calle 11 con carrera 6). Esta temprana incursión en el oficio artesanal forjó un vínculo indisoluble con el arte como medio de vida, expresión y espiritualidad.

Formación académica y primeros pasos (1958–1974)

A pesar de ser un artista autodidacta desde su niñez, Agudelo decidió formalizar su formación artística entre 1972 y 1974, matriculándose en la Escuela de Artes de Bogotá, actualmente Facultad de Artes ASAB. Allí profundizó en técnicas de dibujo, escultura, modelado, teoría del color y composición.

Durante este período se vinculó con otros artistas y trabajó en el taller del maestro Luis Alberto Acuña, referente del arte colombiano del siglo XX, conocido por sus murales y su investigación del simbolismo precolombino. Esta experiencia amplió su mirada estética, combinando el lenguaje clásico religioso con las búsquedas modernas y nacionales.

Paralelamente, entre 1968 y 1970 participó en sus primeras exposiciones colectivas en la Galería San Diego, espacio que lo conectó con el medio artístico capitalino y permitió visibilizar su trabajo ante críticos y coleccionistas.

Trayectoria artística por décadas

Años 70: Consolidación y exploración tridimensional

Durante esta década, Carlos Julio Agudelo Forero profundizó en su formación artística y comenzó a explorar nuevas dimensiones en su obra. Trabajó con el Dr. Ramiro Castro Duque y Efraín Hinojosa, propietarios de la Galería San Diego, donde expuso sus obras y estudió a fondo la obra pictórica del maestro Fernando Botero. Esta experiencia lo llevó a trabajar en forma tridimensional, y una de sus obras llegó a manos del maestro Botero por intermedio del artista Dicken Castro. En agosto de 1976, Botero anunció en el periódico El Espectador que se lanzaría como escultor, decisión que lo llevó a la fama.

Años 80 y 90: Restauración y expansión internacional

En estas décadas, Agudelo Forero se dedicó intensamente a la restauración de templos y un sinnúmero de pinturas y esculturas. Su trabajo lo llevó a tener obras en Copenhague, Dinamarca, y en Venezuela, ampliando su presencia internacional. Además, participó en salones locales de artes plásticas y recibió una mención de honor en 1998.

Años 2000 en adelante: Bienales y legado artístico

A partir del año 2000, Agudelo Forero participó en diversas bienales de arte en Suba, destacándose en la Segunda Bienal de Artes de Suba en 1998, la Tercera en 2001, la Cuarta en 2003 y la Quinta en 2005. También tuvo obras en el Parque Jaime Duque y continuó trabajando en escultura mística desde 1958 hasta la fecha.

Obra escultórica y pintura religiosa

La obra de Carlos Julio Agudelo Forero se caracteriza por su enfoque en la escultura mística y la pintura religiosa. Desde temprana edad, comenzó a vender sus primeras esculturas religiosas en el almacén de Blas Brando en Bogotá. Su estilo abarca desde lo hiperrealista hasta lo abstracto contemporáneo, y ha trabajado en la restauración de templos y un sinnúmero de pinturas y esculturas.

Restauración de obras de arte

Agudelo Forero ha trabajado en la restauración de templos y un sinnúmero de pinturas y esculturas. Su experiencia en este campo ha sido fundamental para la preservación del patrimonio artístico y religioso en Colombia.

Exposiciones colectivas y destinos internacionales

Carlos Julio Agudelo Forero ha participado en numerosas exposiciones colectivas, incluyendo:

Reseña de las Exposiciones de Carlos Julio Agudelo Forero

Galería San Diego (1968–1970)
Carlos Julio Agudelo Forero participó en exposiciones colectivas en la Galería San Diego durante los años 1968, 1969 y 1970, según se indica en su sitio web oficial.
Museo de Arte Contemporáneo (1973)
En 1973, el artista expuso en el Museo de Arte Contemporáneo de Bogotá, como parte de su trayectoria en exposiciones colectivas.
Salones Locales de Artes Plásticas (1998)
Agudelo Forero participó en los Salones Locales de Artes Plásticas en 1998, evento en el cual recibió una Mención de Honor por su obra.
Homenaje a Usaquén (1998)
Ese mismo año, formó parte del evento “Homenaje a Usaquén”, una exposición colectiva que celebró la identidad cultural de esta localidad bogotana.
Galería de Gava (1998)
En 1998, también participó en una exposición colectiva en la Galería de Gava, ampliando su presencia en el circuito artístico local.
Bienales de Artes de Suba

Segunda Bienal (1998)
Tercera Bienal (2001)
Cuarta Bienal (2003)
Quinta Bienal (2005)
Agudelo Forero tuvo una participación destacada en las Bienales de Artes de Suba, asistiendo a cuatro ediciones consecutivas. Estas bienales fueron espacios significativos para el arte comunitario y alternativo en Bogotá.

Exposiciones Internacionales

Copenhague, Dinamarca
Venezuela
El artista ha exhibido sus obras en Copenhague y Venezuela, lo que evidencia su proyección internacional.

Parque Jaime Duque
Una de sus obras se encuentra en el Parque Jaime Duque, un importante centro cultural y recreativo en Colombia.
Premios y reconocimientos

Mención de Honor en los Salones Locales de Artes Plásticas, 1998
8. Análisis de estilo y técnicas

El estilo de Agudelo Forero se caracteriza por su versatilidad, abarcando desde lo hiperrealista hasta lo abstracto contemporáneo. Su obra refleja una profunda conexión con la escultura mística y la pintura religiosa, influenciada por su formación y experiencia en la restauración de obras de arte.

9. Entrevistas y testimonios

Una entrevista destacada con el artista se encuentra en YouTube: Entrevista exclusiva con el artista Carlos Julio Agudelo Forero de la localidad de Usaquén

10. Legado artístico y enseñanza

Carlos Julio Agudelo Forero ha dejado un legado significativo en el arte colombiano, tanto a través de su obra escultórica tridimensional abstracta contemporánea, su pintura y su labor en la restauración del patrimonio artístico. Su influencia se extiende a futuras generaciones de artistas y restauradores.

Carlos Julio Agudelo Forero ha sido un pilar silencioso pero fundamental en la historia reciente del arte colombiano, especialmente en la ciudad de Bogotá, donde su obra y su labor han contribuido al fortalecimiento de las artes plásticas, la restauración patrimonial y la construcción simbólica del paisaje urbano y espiritual. Su trayectoria, profundamente anclada en la tradición artística familiar y consolidada a través de décadas de creación, enseñanza y conservación, lo posiciona como un referente en el quehacer cultural de la capital.

Además de su trabajo artístico, Agudelo Forero ha dedicado parte de su vida a la enseñanza y formación de nuevos artistas. Ha participado en talleres locales y ha consolidado un archivo artístico y digital, contribuyendo a la educación y preservación del arte en la ciudad.

Desde muy joven, Agudelo Forero mostró un vínculo excepcional con la escultura y la pintura mística, influido por su abuelo y su tío, artistas reconocidos en Colombia y Venezuela. Este linaje artístico fue fundamental en el desarrollo de una sensibilidad estética que conjuga lo místico, lo popular y lo simbólico. A los doce años ya vendía esculturas religiosas en el centro histórico de Bogotá, experiencia que no solo le permitió entrar al mundo del arte desde la práctica, sino que consolidó su identidad como creador profundamente conectado con el alma espiritual de la ciudad.

Su paso por la Escuela de Artes de Bogotá (hoy Facultad de Artes ASAB) entre 1972 y 1974, y su colaboración con el maestro Luis Alberto Acuña, le permitieron expandir sus horizontes técnicos y simbólicos, integrando elementos del arte precolombino, lo moderno y lo sacro. Esta formación lo llevó a desarrollar un lenguaje plástico propio, presente en esculturas tridimensionales, murales y obras de restauración.

Uno de sus aportes más visibles al paisaje cultural de Bogotá es su participación como autor de los principales murales y esculturas del Parque Jaime Duque, un espacio de arte y contemplación que recibe miles de visitantes cada año. Estas obras permiten a las audiencias conectar con temas espirituales, históricos y nacionales desde una propuesta estética accesible y profundamente conmovedora. Su estilo abarca desde lo hiperrealista hasta lo abstracto, y está impregnado de una sensibilidad que dialoga con el público creyente y el observador contemporáneo y moderno.

En cuanto a su labor como restaurador, Agudelo Forero ha sido un guardián silencioso del patrimonio artístico colombiano. Ha restaurado numerosos templos, esculturas y pinturas religiosas, contribuyendo a la conservación de la memoria visual y espiritual del país. Su experiencia en este campo ha sido crucial para mantener vivas obras que forman parte del tejido simbólico de Bogotá, muchas de ellas en barrios y parroquias históricas.

A nivel expositivo, ha tenido una presencia constante en la escena artística de la ciudad, participando en galerías como San Diego desde los años 60, y en bienales de arte como las de Suba entre 1998 y 2005. Esta continuidad demuestra no solo su compromiso con la creación, sino su capacidad de adaptación a nuevas corrientes sin abandonar sus raíces y estética. Su obra también ha sido expuesta internacionalmente, llegando a países como Dinamarca y Venezuela, lo que refuerza su aporte como embajador del arte colombiano.

La mención de honor recibida en 1998 en los Salones Locales de Artes Plásticas reafirma su reconocimiento en el medio artístico local. Además, su historia de vida ha sido compartida en entrevistas y redes sociales, donde inspira a nuevas generaciones de artistas y artesanos que buscan en su trayectoria una síntesis entre el arte como oficio, vocación y legado.

En resumen, Carlos Julio Agudelo Forero ha realizado contribuciones sustanciales al desarrollo del arte y la cultura en Bogotá y Colombia, desde la creación escultórica, la pintura con diversas técnicas hasta la preservación del patrimonio religioso, pasando por la enseñanza, la exhibición pública y el trabajo artesanal. Su obra y su vida dan cuenta de un compromiso profundo con el espíritu del arte y la cultura como forma de trascendencia, identidad y servicio a la comunidad.