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BOGOTÁ SOCIAL

Irradiando noticias e información desde Bogotá al mundo...

4 DE AGOSTO DE 2020, EN EL DÍA MUNDIAL DEL PERIODISTA, DESDE COLOMBIA

 “El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un lugar para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta”. Tomás Eloy Martínez[1], lamentablemente La gente confunde lo que lee en los periódicos con las noticias” Abbott J. Liebling.[2]  “La función de la prensa en la sociedad es informar, pero su papel en la sociedad es hacer dinero”. Abbott J. Liebling

Desde el informe MacBride se realizó un análisis sobre la necesidad que los medios   de comunicación y el periodismo tuvieran mas voces, y contribuyeran a las transformaciones sociales. Lo que se ve hoy en Colombia y en todo el mundo es lo contrario, ya que los periodistas en términos generales son empleados de los grandes grupos económicos quienes a su vez son dueños de los medios comerciales de comunicación. Por ello es que aquí no se puede hablar de periodismo sino de empleados que comunican intereses corporativos.

Tampoco son periodistas independientes los empleados de los medios de instituciones, por cuanto son comunicadores que deben responder a ciertas políticas.

Al año celebramos 3 veces el día del periodista y comunicador. Hoy quiero dedicar mi columna, a la exaltación de los verdaderos periodistas, a aquellas buenas personas que se dedican a decir la verdad y las causas reales de los fenómenos sociales, económicos, culturales, ambientales y políticos, son ellos quienes, sin esperar una recompensa, mantienen su autonomía y se alejan de la adulación o la farándula o de las promesas de un “plato con lentejas”.

Hoy 4 de agosto es un día para exaltar a los periodistas independientes, alternativos, comunitarios, quienes promueven el cambio, reivindican los derechos de las poblaciones, la garantía del ambiente y del patrimonio público y que enfrentan muchas veces sin saberlo el poder hegemónico y quienes día a día a través de su palabra irradian valores humanos.

 

Es el día para exaltar la labor de los periodistas independientes, comunitarios y alternativos que llevan la verdad al territorio y a los grupos poblacionales, abandonados por el Estado. Son ellos los que diariamente informan con pasión sin recibir las mieles de la pauta concentrada a favor de los monopolios comerciales a quienes los  funcionarios les asignan en forma ilegal e injusta millones de pesos de los impuestos de los colombianos.

Son  los periodistas independientes los que, en plena pandemia, informan sin cesar sobre la verdad, a costa del riesgo de su vida, y es que el mayor castigo de la pandemia es precisamente contra los actores de la cultura y dentro de ellos a los periodistas y los medios comunitarios y alternativos.

Por ello aquí no caben las felicitaciones a los empleados de esos grupos económicos que han monopolizado las frecuencias de radio y de televisión y la prensa escrita, no puedo felicitar  a los  mensajeros de micrófono, que imponen intereses económicos particulares y promueven  sus orientaciones  políticas para crear una  audiencia alienada, a la cual denominan opinión pública.

Me refiero y exalto a esos periodistas y comunicadores que plantean una narrativa comunicacional objetiva, con espíritu crítico sobre las causas de los hechos, a quienes representan la realidad desde la perspectiva de quienes sufren las carencias de bienestar, a quienes empoderan a la fuente para que se exprese periodísticamente. A todos ellos quienes denuncian la corrupción y la violación de los derechos humanos. Son ellos los que  ofrecen sus espacios al líder social, al vocero de la comunidad, al académico, al promotor de la cultura y de la paz.

Son los periodistas independientes y comunitarios esas personas a quienes se les califica de subjetivos, siendo realmente los más objetivos, porque narran la realidad desde la visión de la gente, en la defensa del ambiente, los derechos de las poblaciones y quienes hacen un análisis crítico de la realidad encontrando los orígenes de los problemas que sufre nuestro país.

Son ellos, los verdaderos periodistas aquellos seres conscientes quienes se atreven a criticar a esos poderosos que  acuden a la muerte, al miedo y  la mentira para reprimir y alienar a la gente a favor de sus propios intereses, son verdaderos periodistas aquellos que critican el autoritarismo, paramilitarismo, los falsos positivos, la manipulación de la justicia y toda forma de violencia  por su enfoque de dominación. Exalto a esos periodistas quienes critican la acumulación de la tierra expropiada por asalto y a los  poderosos que se hacen día a día más ricos a costillas de la explotación del obrero o del campesino o del desplazado o del ciudadano del común.

No hablo de esos periodistas que solo narran hechos desde sus escritorios y que reproducen las noticias de los medios comerciales nacionales e internacionales, llamando a esos contenidos objetivos, tampoco de aquellos que copian las notas de las oficinas de prensa de las alcaldías locales, o de las entidades nacionales. Ni de quienes hacen su labor bajo la mirada rentística, del lucro y de ese rating que muestran para atesorar.

Me refiero y doy un fraternal saludo un fuerte abrazo a todos esos periodistas, hombres y mujeres que se aferran a los valores, cuando expresan la noticia o cuando realizan una investigación periodística, quienes aumentan sus audiencias por sus contenidos comprometidos con la realidad y las poblaciones, a quienes estando comprometidos dirigen medios que día a día se convierten en medios masivos comunitarios,  alternativos e independientes y logran la estabilidad, sostenibilidad económica para el logro de una vida digna.

Son verdaderos periodistas aquellos quienes defienden la cultura y el folklore y lo sobreponen sobre el esnobismo enfrentando la economía naranja por su enfoque lucrativo.

Son ellos, quienes también valoran la vida en cualquiera de sus manifestaciones y que critican o rechazan la tauromaquia por su esencia en la muerte y el dolor, son quienes critican el fracking por la ruptura de la tierra para producir el petróleo. Son aquellos quienes coincidencialmente también les duele que se roben el erario público y critican los carteles de las obras (Odebrecht y otros), el cartel que se roba los alimentos del Icbf, los carteles de la toga que absuelven a políticos corruptos.

Es realmente justo y necesario felicitar a esos actores que enfrentan el cerco informativo de los medios comerciales que se apropiaron del espectro, de la pauta, de los fondos y que realmente dejan la huella de la historia en forma escrita y visual.

Es el día para exaltar a esas buenas personas, colombianos periodistas, comunicadores sociales, productores de contenidos y actores y promotores de los medios comunitarios, alternativos, ciudadanos, populares y ciudadanos, quienes usan su pluma para decir la verdad y quienes en su mayoría son excluidos por las administraciones públicas por representar los intereses de las mayorías de la población.

A todos ellos, quienes tienen el reto de hacer valer los derechos de los demás, incluso a costa de su vida; y también y en forma especial el derecho esencia de su existencia: a informar, a tener libertad de opinión y de expresión y de participar de los presupuestos que se entregan ilegalmente en monopolio a los medios comerciales.

A todos ellos un abrazo de reivindicación por su labor, por su ejercicio y compromiso.

*Rodrigo H. Acosta B. (Presidente Central de Comunicación Comunitaria y Alternativa CCC, representante de los medios comunitarios y alternativos y periodistas independientes en la Comisión Nacional de Diálogo del proceso de paz)

 

[1] Tomás Eloy Martínez , fue un escritor y periodista argentino, guionista de cine y ensayista.

[2] Abbott J. Liebling, periodista estadounidense que estuvo estrechamente asociado con The New Yorker