Un Estado fuerte se hace con una estructura tributaria equitativa que permita hacer la redistribución de los recursos públicos, gestionar la oferta de servicios sociales y promover el empleo.
Lamentablemente en Colombia es al revés; el Congreso a iniciativa del gobierno con el proyecto de Ley 197 de 2018 Senado, 240 de 2018 Cámara, exoneran del pago de impuestos a los grandes capitalistas y recarga con gravámenes a quienes tienen menos ingresos.
Descargue el texto del Proyecto de Ley aprobado por el Congreso:
PL-2018-N240C-N197S-TD4_LEY_DE_FINANCIAMIENTO_20181221-1.pdf
Así acaba de suceder éste 19 de diciembre de 2019, un regalazo a las empresas y grandes capitales que recibirán por exenciones la suma de $15 billones de pesos por cada año mientras aumentan el IVA a la canasta familiar, gravan más a los trabajadores, contratistas independientes y a los pensionados, con lo cual el gobierno recaudará una suma adicional por año de $7 billones.
Observemos que los pensionados ya pagamos por impuestos durante toda la vida laboral y ahora nos imponen un nuevo descuento por retención en la fuente que oscila entre el 19% al 39% por cada mes.
El colmo de la reforma tributaria es que las cesantías de los trabajadores quedan gravadas con otro nuevo impuesto, todo lo cual conlleva a un castigo a las finanzas de los hogares de los colombianos, máxime si recordamos que las cesantías además se ahorran en el sistema financiero especulativo, y se usan por los humildes trabajadores como cuotas para la compra de vivienda o estudio.
El total de las exenciones a grandes capitales, es decir transnacionales y las pocas familias propietarias de las grandes empresas suma $15 billones a su favor por cada año.
(Presidente Duque acompañado del empresario Luis Carlos Sarmiento)
Los beneficios a las grandes empresas y castigo al fisco nacional se originan así:
a. La rebaja de la tarifa del impuesto sobre la renta que pasa del 33% en el 2019, progresivamente al 30% en el 2022. (Artículo 77. que modifica el inciso primero y el parágrafo 5°, del artículo 240 del Estatuto Tributario)
b. Descuento del IVA a los bienes de capital. (Artículo 80. que adiciona el artículo 258-1 del Estatuto Tributario)
c. Los 3 días sin IVA que permite la evasión, y un aprovechamiento al empresariado, puesto que la medida no beneficia al ciudadano del común que debe comprar el mercado todos los días.
d. Las exenciones a las rentas de las inversiones realizadas en la agroindustria, por 10 años; las rentas de las inversiones del sector de la economía naranja (empresariado de las telecomunicaciones) por 7 años e incluso las denominadas ‘mega inversiones’, en proyectos para ejecutar presupuestos por más de 1 billón de pesos.
Éstas exenciones en el caso de la industria farmacéutica alcanza a costa de las finanzas públicas la suma de $400.000 millones de pesos por cada año.
Un buen pago: Claudia Blum, la canciller, y su esposo Francisco Barbery, dueño de Tecnoquímicas donaron a la campaña de Duque la suma de $200 millones. Recursos que se le devuelven con creces.
La colombina o zanahoria consiste en la “promesa” de la devolución del IVA a la población vulnerable, pero no le dicen la verdad a la gente puesto que se trata es de un aumento de subsidios vía Familias en Acción y Colombia Mayor.
Como parte del sofisma, prometen incentivos de contratación de jóvenes entre los 18 y 28 años en su primer trabajo que solo sirve para adicionar nuevos descuentos a favor de las empresas. Aprobaron la reducción de los aportes a salud que deben hacer los pensionados de mesadas menores.
Finalmente la tropical idea de no cobrar IVA en 3 días al año que será anunciado con bombos y platillos por el Presidente Duque.
Es decir redistribuirán menos de $4 billones entre 14 millones de colombianos.
Hagamos unos contrastes para evaluar tamaño despropósito:
Colombia tiene un déficit presupuestal anual de $2,7 billones, y las exenciones suman 5 veces ese valor. En 10 años ese regalo suma $150 billones de pesos.
Con $15 billones al año se podrían construir 400.000 viviendas gratuitas que podrían ser entregadas a la población necesitada.
Con esa suma se podría financiar por 15 años a todos los estudiantes que salen del bachillerato, que son 400.000 por año.
Más de 1.5 millones de familias podrían ser financiadas con todos sus gastos al año.
Pero el beneficio de las exenciones es a favor de solo 3 mil empresarios incluidos los banqueros.
Se trata de un régimen que legisla en su beneficio y usa la fuerza pública en firma inmisericorde contra la juventud, para mantener el “statu quo”, en lugar de promover las reformas sociales necesarias.
Queda claro que el paro nacional en Colombia, tiene fundamento.
Es totalmente verdadero los efectos de la reforma tributaria, no como lo plantearon los grandes medios de comunicación comerciales y detractores de la protesta social.
Congreso y gobierno debieron al menos solucionar el déficit de la educación superior, generar empleos y evitar la especulación en la salud.
Con ésta forma de gobernar, con un modelo económico y político a favor de una minoría, Colombia seguirá siendo el tercer país campeón en inequidad del mundo, con la mayor concentración de la riqueza y de la tierra en pocas manos, y el 5.º. país con mayor informalidad del mundo.
Con razón Uribe, El Presidente Duque tienen una impopularidad del 70%, demostración del fracaso incluso de sus periodistas fletados de los medios comerciales.
Según informa el congresista Wilson Arias, quien rechazó dicho proyecto, Colombia en los próximos 4 años perderá por exenciones tributarias la suma de $65,5 billones y recaudará $35,2 billones.
La nefasta reforma tributaria fue aprobada por los senadores y representantes a la cámara del Centro Democrático, del Partido de la U, del Partido Conservador, y los pastores cristianos de Mira, Justa Libres, y con la asistencia para completar el quórum del Partido Liberal. En forma digna fue rechazada por los congresistas del Polo Democrático, del Partido Verde y de Colombia Humana.
La afectación a derechos fundamentales y los vicios de trámite, llevará a las acciones jurídicas contra la reforma tributaria, las cuales deberán ser interpuestas a la mayor brevedad.
Los colombianos volveremos con más organización y fuerza a buscar los cambios necesarios en el 2020.
El camino lo enseña Chile, en donde la fuerza social organizada llevó a la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.
En Colombia la Registraduría Nacional ya aprobó el Comité promotor en cabeza del connotado jurista Nixon Torres Cárcamo, para iniciar el proceso que lleve a una Constituyente conformada por sectores sociales. Iniciativa viable siempre y cuando se mantenga la movilización social, en el marco del Paro Nacional Indefinido, considerando las decisiones negativas del gobierno y Congreso.
(Fotografías del Paro Nacional en Colombia que inicio el 21 de noviembre de 2019)