Partidos y organizaciones de izquierda de los cinco continentes del mundo reiteraron que acompañan a Venezuela ante la arremetida imperial contra el país y otras naciones. Asimismo, entregaron al presidente de la República Nicolás Maduro y a su homólogo cubano, Manual Díaz – Canel, la declaración final adoptada como muestra la cohesión que reinó estos días de encuentro en Caracas.
A continuación la Declaración final:
DECLARACIÓN FINAL DEL XXV ENCUENTRO DEL FSP
Las y los delegados al XXV Encuentro del FSP, reunidos en Caracas, República Bolivariana de Venezuela, cuna del Libertador Simón Bolívar y de su digno continuador, el Comandante Hugo Chávez Frías, en ocasión del 65 aniversario de su natalicio, hemos llegado a las siguientes conclusiones:
Transcurrido un año del XXIV Encuentro de La Habana, se ha profundizado la multifacética ofensiva reaccionaria del imperialismo estadounidense y de la derecha oligárquica aliada. Pero a la vez, América Latina y el Caribe es también escenario de importantes luchas y triunfos populares que han detenido la ofensiva imperial. Los casos recientes de México, Venezuela, Nicaragua y Puerto Rico así lo confirman.
Es urgente retomar la iniciativa con más vigor y eficacia. Ello es posible “cuando hay unidad, dirección política decidida y capaz, objetivos claros de lucha, moral de combate y arraigo en las clases populares”. Esta idea, aprobada por el XXIV Encuentro el pasado año, mantiene total vigencia.
Pese a que continúan ahondándose los efectos negativos de la concentración de la propiedad, el poder y la riqueza en manos de la minoría privilegiada de siempre, en los países de la región en donde esto ha sucedido crece la protesta social, mientras que las fuerzas de izquierda, populares y progresistas, sobre todo en el campo de los movimientos sociales y populares, enarbolan propuestas anti-neoliberales que debemos estimular y apoyar de forma decidida.
La derecha internacional no cesa en sus planes subversivos; opera de forma articulada para fragmentar y/o debilitar nuestros Estados Nacionales; busca aniquilar o deslegitimar todo proyecto de cambio social que pretenda avanzar por senderos no capitalistas o simplemente post-neoliberales; trabaja sin descanso por erosionar nuestras identidades nacionales, así como los valores culturales que nos dan cohesión social; y acelera los esfuerzos orientados a dividirnos en todos los terrenos.
Ante el plan desintegrador de la derecha, opongamos el plan integrador, soberano y digno de nuestros pueblos. Frente a los tratados de libre comercio, propiciados por Estados Unidos, fortalezcamos los proyectos de integración soberana como la CELAC, el Alba-TCP, el Mercosur y otras iniciativas integracionistas populares y autonómicas.
La Administración Trump, expresión cabal del Imperio Yanqui y del capitalismo transnacional financierizado que hoy predomina, busca revertir, con violencia creciente en todos los ámbitos, la tendencia declinante de su poder relativo como centro hegemónico de la derecha internacional. Unidos, impidamos que logre sus históricos objetivos de dominación sobre las tierras de Nuestra América. Estamos obligados con nuestros pueblos a impedir que la Doctrina Monroe logre sus fines intervencionistas. Frente a la Doctrina Monroe, la Doctrina Bolívar.
El acumulado político de la izquierda y de las fuerzas populares y progresistas desde 1959 a la fecha, multiplica las esperanzas para sostener que sí es posible vencer toda ofensiva imperial. Lo demuestran hoy la Revolución Bolivariana, la propia Revolución Cubana, la exitosa experiencia política boliviana y la Nicaragua sandinista.
Fortalezcamos las luchas por la justicia para todas y todos, por la emancipación social, por la plena soberanía política, la independencia económica y la autodeterminación de nuestros pueblos.
Continuemos construyendo la más amplia unidad antiimperialista y anti-neoliberal, con respeto a la diversidad de los partidos y fuerzas políticas de izquierda y progresistas, de los movimientos sociales y populares que los unen, y los gobiernos de izquierda y progresistas para derrotar la ofensiva imperialista y la profundización y/o restauración del neoliberalismo.
Frente a estas realidades, el XXV Encuentro del FSP convoca, con sentido de urgencia, a fortalecer el movimiento mundial en defensa de la paz, la democracia y las conquistas sociales alcanzadas. La conducta internacional agresiva e irresponsable de la actual Administración de Trump, así lo demanda.
Llama a la promoción de la más amplia solidaridad mundial con la defensa de la soberanía y la autodeterminación del pueblo venezolano, y con el derecho de éste a vivir en paz.
Apoya el diálogo entre el Gobierno Bolivariano y las corrientes opositoras impulsado por el presidente constitucional Nicolás Maduro, porque es una expresión genuina de la democracia y de las libertades existentes en Venezuela, razón por la cual es apoyado mayoritariamente por el pueblo venezolano en función de dirimir las diferencias por la vía constitucional y pacíficamente, sin injerencias extranjeras.
De forma enérgica rechaza las amenazas de intervención militar contra Venezuela y condena en todas las instancias posibles el bloqueo económico, financiero, comercial y el cerco diplomático por parte del gobierno de los Estados Unidos. Preservar la paz en Venezuela es preservar la paz en la región y una de las prioridades de los partidos que integramos el FSP.
Ratifica las causas justas aprobadas en el XXIII y XXIV Encuentros del FSP, por considerarlas vigentes. En consecuencia, este XXV Encuentro llama a:
Reforzar la defensa, como objetivo común, de la Proclama de América Latina y el Caribe como Zona de Paz, aprobada en la II Cumbre de la CELAC. Ello es urgente y vital.
Defender a la CELAC, como mayor acontecimiento unitario de los últimos 200 años y sembrar la idea integracionista en nuestros pueblos.
Repudiar la peligrosa presencia militar de los Estados Unidos y sus aliados de la OTAN en el Caribe y el Atlántico, con fines claramente agresivos y de presión sobre nuestras naciones.
Rechazar de forma enérgica la Doctrina Monroe y todas las ideas de EE.UU. acerca de que América Latina y el Caribe es su “patio trasero”.
Concertar, en todo espacio que lo permita, acciones que enfrenten el dominio del Imperialismo yanqui en América Latina y el Caribe.
Conocer con rigor cómo opera la derecha internacional, regional y local contra este continente que defendemos y defenderemos.
Reafirmar la importancia de las relaciones del FSP con los partidos de izquierda de Europa, Asia, África y Medio Oriente.
Denunciar el papel injerencista, al servicio de los EE.UU, de la OEA. Esta sigue operando como fiel ministerio de colonias de los EE.UU, simbolizada por su secretario general Luís Almagro, peón del Imperio.
Condenar la Guerra no Convencional que aplica EE.UU. contra los gobiernos que no se pliegan a sus órdenes e intereses.
Enfrentar de forma enérgica el avance de la derecha sobre nuestros pueblos. Así lo evidencian los gobiernos neoliberales reciclados, autoritarios y profascistas, como los de Bolsonaro en Brasil, Iván Duque en Colombia, y Mario Abdo Benitez en Paraguay, Mauricio Macri en Argentina, Lenin Moreno en Ecuador y Juan Orlando Hernández en Honduras, que destruyen la democracia y los derechos sociales conquistados.
Respaldar al pueblo hondureño por su persistente y valiente lucha en defensa de sus derechos, en contra de las políticas neoliberales y de la corrupción que caracteriza al neoliberalismo, y a favor de la construcción de una alternativa que priorice los intereses mayoritarios del pueblo. La lucha de éste, encabezada por el partido LIBRE, es un ejemplo a seguir por los que padecen las funestas consecuencias del neoliberalismo.
Condenar enérgicamente el genocidio permanente que comete la ultraderecha gobernante en Colombia contra toda expresión organizada del movimiento social y popular, mediante el inaceptable asesinato sistemático de líderes sociales, excombatientes guerrilleros y sus familiares.
Exigir, además, la libertad de Simón Trinidad y los exguerrilleros que continúan en las cárceles.
Exigir al gobierno colombiano el cumplimiento integral de los Acuerdos de Paz, vitales para asegurar que nuestro continente siga siendo zona de paz. De igual manera, respaldamos al partido FARC por su persistente defensa de los Acuerdos y su cumplimiento, lo que constituye una invaluable contribución a la lucha por la paz. Para alcanzar esta paz, demandamos el reinicio inmediato de los diálogos con el Ejército de Liberación Nacional (ELN).
Denunciar la intervención de los EE.UU. en Nicaragua contra la Revolución Sandinista, mediante un inaceptable intento de golpe de Estado, derrotado por el pueblo nicaragüense, cuyo derecho a la paz debe ser defendido por todas y todos. Con sanciones económicas EE.UU no logrará derrotar al heroico pueblo de Sandino.
Ofrecer toda la solidaridad al FMLN, cuya militancia y pueblo son víctimas de agresiones y revanchismo por parte de la derecha local, al servicio de los EE.UU, mediante la violación de derechos conquistados y para deslegitimarlos por la vía judicial, tal y como sucede, con hechos graves de persecución política y violación de los derechos humanos en Ecuador, Brasil, Argentina. La prisión de Lula y Jorge Glas así lo demuestran, como también la persecución judicial contra Cristina Fernández de Kirchner, Rafael Correa y Ricardo Patiño. Y exigimos la libertad de todas y todos los presos políticos.
Apoyar la candidatura de Evo Morales y Álvaro García Linera en Bolivia, que con el mayoritario apoyo de su pueblo apuestan a desarrollar en su cuarto mandato la «Agenda del Bicentenario», con el objetivo de terminar de saldar las deudas históricas pendientes de los siglos XIX y XX, y encarar las tareas del siglo XXI en condiciones de independencia económica y plena soberanía política.
Apoyar la fórmula de Daniel Martínez para presidente y Graciela Villar para vicepresidenta de Uruguay, cuyo triunfo garantizaría la continuidad de las politicas a favor del pueblo uruguayo, y de las leyes que benefician a sectores históricamente postergados como las trabajadoras domésticas, los peones rurales o las personas trans. Y la defensa de la soberanía y la democracia en Uruguay que vienen llevando a cabo los gobiernos del Frente Amplio.
Apoyar al movimiento popular de Argentina que ha logrado conformar una alianza unitaria en el Frente de Todos, que lleva como candidato a presidente a Alberto Fernández y como candidata a vicepresidenta a Cristina Fernández de Kirchner, para enfrentar al macrismo y sus políticas de hambre, endeudamiento, represión y entrega de la soberanía, en la próxima contienda electoral de octubre. La derrota de Macri y del neoliberalismo en Argentina sería un triunfo de la integración nuestroamericana y volvería a alentar las luchas y resistencias en el resto de los
países.
Rechazar la política de Washington de criminalizar a los emigrantes, sobre todo a los de Centroamérica. En este sentido condenamos y rechazamos el acuerdo de control migratorio entre EEUU y el gobierno de Guatemala, país cuya soberanía es violada y cuyo territorio, con dicho acuerdo, se transformaría en una virtual prisión para los que desean ingresar a EEUU y su pretensión de hacer lo mismo con México.
Apoyar al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, cuyo triunfo, con masiva participación popular demostró que no existe fin de ciclo progresista alguno; abrió perspectivas de cambio a favor de las grandes mayorías con el programa de la Cuarta Transformación y puede significar un reimpulso a los procesos de integración regional autónoma y soberana de nuestros pueblos, bajo los principios de libre autodeterminación de los pueblos, no intervención y solución pacífica de los conflictos.
Rechazar toda forma de racismo, discriminación social y discriminación por orientación sexual. En ese sentido apoyar la agenda de lucha por los derechos de la comunidad LGBTTI.
Exigir el respeto a los derechos humanos de las mujeres, violados por las políticas neoliberales. Defender el papel de las mujeres latinoamericanas y caribeñas como constructoras fundamentales de los procesos de cambio emancipatorios, así como de resistencia activa a la contraofensiva neoliberal y a la pérdida de derechos conquistados. Apoyar las masivas movilizaciones feministas en curso en el continente. Sin el aporte de las mujeres será imposible avanzar hacia la verdadera independencia de nuestras naciones. Entender que solo podrá triunfar la lucha por la igualdad de género si asumimos la lucha por la igualdad de clases. Solo desterrando el capitalismo será posible eliminar el patriarcado.
Condenar todas las formas de discriminación y violencia hacia la mujer, la exclusión, el tráfico y trata de mujeres y niñas, la explotación sexual, los feminicidios, así como exigir un mayor apoyo y protección de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.
Condenar el narcotráfico, el tráfico de personas y el terrorismo en todas sus formas.
Defender el acceso al agua como derecho humano y como derecho de los pueblos para desarrollar su actividad agrícola, fuente de riqueza y trabajo que asegura la soberanía alimentaria, así como defender el medio ambiente, la tierra y los territorios.
Apoyar las exigencias de los Estados insulares del Caribe a ser resarcidos por los daños de la esclavitud.
Demandar el fin incondicional, total y definitivo del criminal e incrementado bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de los EE.UU contra Cuba, que constituye el principal obstáculo al desarrollo económico y social del país, y una flagrante y masiva violación de los derechos humanos de las cubanas y cubanos. Como parte de su política de cerco a Cuba aplican la Ley Helms Burton y activan el título III, junto a otras medidas hostiles.
Exigir la devolución a Cuba del territorio que ocupa la Base Naval de Guantánamo. Apoyar el reclamo histórico de Argentina sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur, Antártida Argentina y espacios marítimos circundantes. Cuestionar, además, el acuerdo entre el actual gobierno de Argentina y el Reino Unido, celebrado en septiembre de 2016 y conocido como «ForadoriDuncan».
Apoyar el derecho al retorno soberano de Bolivia al océano pacífico, en el marco de un nuevo tiempo donde el dialogo entre los pueblos chileno y boliviano construyan un acuerdo solidario, que permita a Bolivia el acceso a un mar para los pueblos que pueda dar mejores días a la población facilitando la explotación de los recursos marítimos, la exportación de productos orgánicos y el encuentro con las culturas de todo el mundo a través de un puerto soberano.
Defender, respetar y garantizar los derechos y la cultura de los pueblos originarios y afrodescendientes.
Demandar la descolonización del Caribe y el apoyo decidido a la Independencia de Puerto Rico. Saludamos las multitudinarias manifestaciones del pueblo puertorriqueño contra la corrupción de la administración colonial y anexionista de Ricardo Rosselló, en defensa de la dignidad borinqueña.
Exigir la libertad inmediata de Lula, víctima de un abusivo, ilegal e indignante ejercicio del poder judicial contra él.
Rechazar la política del imperio estadounidense de calificar a Cuba, Nicaragua y Venezuela, como integrantes de un supuesto eje del mal.
Defender, como uno de los objetivos centrales del FSP, la construcción de la unidad antiimperialista y antineoliberal como la táctica y la estrategia de la victoria, en defensa de la soberanía, la independencia, la democracia, la autodeterminación y los derechos humanos en Nuestra América, con real protagonismo político de sus pueblos.
Todo el espectro político del FSP es objetivo priorizado de la estrategia desestabilizadora, orientada a derrotar a los gobiernos de izquierda, populares y progresistas, destruir a sus fuerzas políticas y sociales, y criminalizar y judicializar a sus líderes y liderezas, y a la protesta social.
La identidad del FSP – lo reafirmamos — tiene que seguir siendo anti-imperialista y anti-neoliberal, de apoyo militante a todos los gobiernos de izquierda, populares y progresistas que están bajo asedio, y de respaldo a las causas justas de los pueblos.
“El mejor modo de decir, es hacer”. Con base en esta máxima martiana, proponemos concentrar los esfuerzos del FSP en las siguientes direcciones principales en los próximos meses:
– Fortalecerlo como instancia de concertación de esfuerzos, cooperación y solidaridad mutua entre nuestros partidos y movimientos sociales. Para ello será fundamental apoyar, como nuevo momento mundial de intercambio, el Encuentro Antiimperialista de Solidaridad, por la Democracia y contra el Neoliberalismo que tendrá lugar en La Habana, Cuba, entre el 1 y 3 de noviembre próximo, conforme acordó el Grupo de Trabajo en Managua. Asimismo, llamamos a transformar las secretarías regionales del FSP en instrumentos de coordinación y comunicación mucho más eficaces entre nuestros integrantes.
– Multiplicar las acciones de solidaridad mutua, con iniciativas que demuestren la fuerza de nuestras organizaciones y pueblos. En este terreno
proponemos incrementar la solidaridad activa con los pueblos y gobiernos de izquierda que están bajo reforzado acecho de los Estados Unidos y la derecha continental. A la vez, llamamos a transformar la solidaridad con todos los dirigentes de izquierda hoy presos o perseguidos, en tema de
principio. El caso de Lula muestra lo que podemos hacer en tal sentido.
– Transformar, como acordó el GT en Managua, las tareas de mejoramiento de la comunicación política y formación de nuestros cuadros y militantes en frentes priorizados de trabajo, mediante acciones coordinadas entre nuestras fuerzas. Retomar el estudio y actualización del Consenso de Nuestra América, que condensa los valores y pautas programáticas compartidas por este Foro, lo que será una ocasión oportuna para que las bases lo debatan y lo enriquezcan.
¡Hasta la victoria siempre!