UNOS POCOS PRETENDEN IMPONER UNA REFORMA TRIBUTARIA REGRESIVA AL 99% DE LA POBLACIÓN. Profundos efectos sobre las pensiones

Por: rodrigoacostab@gmail.com *

El 31 de octubre de 2018,  el gobierno presentó una reforma tributaria para obtener $14 billones, que seguramente si nos mantenemos congelados nos tocará pagar a los pobres, asalariados, pensionados  y la clase media. Este 8 de noviembre se desarrollan marchas en todas las ciudades y los motivos tienen fundamento.

Iván Duque le mintió a los colombianos, y en campaña presidencial, con el argumento de que no aumentaría los impuestos, se ganó la simpatía de 10 millones de colombianos que le creyeron. Alienados por el miedo al castrochavismo, propaganda promovida por RCN y CARACOL, de bruces humildes parroquianos, cristianos de ésta patria del sagrado corazón cayeron en la trampa.

Las reuniones con los representantes de los empresarios, de Asofondos y de la banca, los grandes financiadores de la campaña, hacían previsibles el impulso de nuevas acciones;   se venía una reforma tributaria regresiva y otra pensional y laboral  con grandes consecuencias y seguramente más micos en el próximo plan de desarrollo para hacer realidad los sueños de los dueños del sistema financiero.

(Fotografía: Rodrigo Acosta B, marcha contra la reforma tributaria, Plaza de Bolívar de Bogotá, 2018)

Veamos un breve análisis sobre las consecuencias y el carácter regresivo, de la reforma tributaria, mal llamada de “financiamiento para el restablecimiento del equilibrio del presupuesto nacional”. Descargar en los siguientes  links tanto el texto del proyecto de Ley como la exposición de motivos. 

• EXPOSICIÓN DE MOTIVOS DEL PROYECTO DE LEY DE REFORMA TRIBUTARIA 2018 

• TEXTO DEL PROYECTO DE LEY DE REFORMA TRIBUTARIA (0 

QUIÉNES SON LOS GRANDES RENTISTAS EN COLOMBIA:

Se espera que a final del 2018 los dueños de los bancos (que caben en los dedos de una mano) obtengan por utilidades la suma de $35 billones de pesos, de un patrimonio atesorado  por $1.628 billones al 2018, con rentas fruto de la especulación de las altas tasas de interés que le cobran a los colombianos; esas utilidades de un solo año, representan  el doble de lo que se quiere obtener por la reforma tributaria.

Al lado de ello,  éste año las 5 personas mas ricas de Colombia quienes acumulan un total de US$25,1 billones de dólares es decir, $75.300 billones de pesos tendrán utilidades casi libres. Una acumulación de la riqueza exorbitante y en crecimiento, ellos  poseen más de 20.000 veces, lo que se espera recibir por la reforma tributaria. Si se les aplicara a ellos una retención en los dividendos de las acciones, del 30% (que la reforma propone contra trabajadores y  pensionados de clase media, que obtengan más de $5,5 millones), deberían pagar $677, 7 billones de pesos, que representa más de 48 veces la reforma tributaria (con cálculos de solo una utilidad anual del 3% sobre ese capital, las utilidades serían del $2.259 billones de pesos y por el  impuesto del 30% sobre esa renta da un pago de $677,7 billones de pesos).

Pero el presidente Iván Duque y su subalterno ministro de Hacienda Carrasquilla no quiere tocar a sus financiadores de la campaña y para ello arman una reforma tributaria regresiva que aumenta la base del IVA al 85% de la canasta familiar y gravan los ingresos de los trabajadores y de nuevo contra las mesadas de los pensionados quienes ya pagaron durante sus años de servicios los impuestos correspondientes.

La estratagema que armó el Centro Democrático y sus aliados intenta llegar a lo siguiente: Duque Carrasquilla presentan la reforma, Uribe sale a decir no al IVA, negocian la mayoría del IVA de  productos,  y de paso imponen todo el paquete de los impuestos a los asalariados,  pensionados y clase media.

Lo que no se le dice a los colombianos es que el recaudo tributario ha caído a causa de los problemas estructurales de la economía, por la imposición del modelo neoliberal que inició Cesar Gaviria, la propiedad se concentra en manos de pocos, no se incentiva la industria nacional, se imponen los tratados de libre comercio, ha bajado la productividad, se privatiza y desnacionaliza la propiedad y baja el empleo.

A falta de ingresos, entonces el país se viene endeudando, a tal punto que el servicio de la deuda (pago de intereses y amortizaciones) alcanza el mayor porcentaje dentro del presupuesto nacional del año 2019, con el 26,7% equivalente a $66,4 billones de pesos; y los recursos de capital solo son de $65 billones, o sea el 35% del ingreso; se aumenta el presupuesto de guerra y se endeudará el país con otros $20 billones más, mientras se abandona las universidades públicas y la cultura.

(Imágen: fuente: Banco Mundial,  https://datos.bancomundial.org/indicador/si.pov.gini?view=map   el índice Gini para Colombia es el 49,7%. Colombia es el cuarto país más desigual del mundo. Solo le ganan en su orden Sudáfrica, Haití y Honduras, según el coeficiente Gini y la información del Banco Mundial. El coeficiente de Gini es una medida de la desigualdad; es un número entre 0 y 1, en donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y donde el valor 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno). 

En Colombia estamos frente a un modelo económico de acumulación, a tal punto que el 1% de la población posee el 40% de la propiedad, y el 10%  de las personas mas acomodadas posee el 92,2% de la riqueza total. Por otro lado solo el  1 % de los propietarios de la tierra concentra más del 80 % de las tierras rurales[1], con lo cual Colombia se convierte en el país más inequitativo del mundo después de Sudáfrica, Haití y Honduras[2].

EL EFECTO CONTRA LA CANASTA FAMILIAR:

Fotografía: Fuente redes sociales, Vallas publicitarias colocadas en las carreteras por la campaña electoral del hoy presidente Iván Duque

La propuesta de reforma tributaria es cruel y profundiza la inequidad. Hoy en día el 53% de los productos de la canasta familiar están gravados y la reforma de Duque propone extender el IVA al 85% de los productos y a un valor del 18%, sobre los artículos  más básicos: el paz, el arroz, las legumbres…. todo.

Se trata de una reforma que castiga a los pobres y clase media, veamos lo que dice el proyecto de ley:

ARTICULO 468. TARIFA GENERAL DEL IMPUESTO SOBRE LAS VENTAS -IVA.

La tarifa general del impuesto sobre las ventas –IVA es del dieciocho por ciento (18%). A partir del año 2021, la tarifa general del impuesto sobre las ventas –IVA es del diecisiete por ciento (17%).

Listado de la Canasta Familiar actual:

https://www.dian.gov.co/impuestos/Reforma%20Tributaria%20Estructural/Listado%20completo%20IVA%20Canasta%20Familiar.pdf

Se propone la devolución del IVA a las personas que pagan sisben o sea a las personas con extrema pobreza, que en su gran mayoría no tienen cuentas de ahorros o cuentas corrientes y se les condiciona la devolución a su bancarización. Aquí hay un sofisma, por cuanto es imposible hacer la devolución, en un país con tan alta informalidad laboral, y con una banca voraz. Así las cosas la realidad es concreta, “ No se tendrá devolución significativa”.

EL IMPACTO DE LA REFORMA CONTRA LOS ASALARIADOS Y LOS PENSIONADOS:

Fotografías: (Rodrigo Acosta  y Roberto Quiroga, Bogotá, Colombia, 2015, 2016) Celebración del día de la persona mayor en la Localidad de Engativá. En  Engativá hay 114.418 personas mayores de los 60 años la mayoría sin pensión e ingresos y  representaron al 2017  el 13% de la población calculada en 878.434. La población de Bogotá para la fecha fue de 8.080.734. (monografía de la Localidad de Engativá, SDP, 2017). Los datos preliminares del censo nacional Dane 2018, indica que Bogotá tiene 7.150.000 habitantes y un total en Colombia de 45.5 millones de habitantes.

Son varios los cambios que se producen y el primero que se pretende imponer es un duro  tributo de renta a todos los asalariados y pensionados y a raja tabla incluyen todas las rentas de trabajo, incluido al pago de las cesantías (hoy exentas)  y las  rentas de pensiones: las pensiones de jubilación, invalidez, vejez, de sobrevivientes y sobre riesgos laborales (que hoy están como rentas exentas), así como aquellas provenientes de indemnizaciones sustitutivas de las pensiones o las devoluciones de saldos de ahorro pensional. El tope exento hoy es de mesadas hasta de $33 millones de pesos al mes.

La retención en la fuente que se descuenta por el nominador a los empleados, constituye el impuesto de renta cuando declaran como personas naturales y arranca hoy en 95 UVT ( $3.149.820 al mes) ahora se pretende bajar y pagar desde 85 UVT es decir a partir de  $2.818.261 y desde este valor se inicia la aplicación de la gravosa tabla gubernamental.

El presidente Duque y su ministro proponen así entonces ampliar la cantidad de asalariados y pensionados para que paguen el impuesto de renta. Por ejemplo  para   quienes reciban $2.818.261 a $4.641.840 deberán pagar al mes el impuesto de renta en el equivalente al 19%,  con una deducción de aproximadamente el 35% para determinar la base gravable y conforme a la tabla que se detalla mas adelante.

Es una escala brutal, quienes tengan una mesada pensional o salarios de entre $4.641.841 a $11.604.600 deberán pagar el 28% (deducible del 35% aproximado) lo que equivale a un pago de impuesto de renta de entre $844.815 hasta $2.314.288  y entre  ingresos de $11.604.601 a $21.219.840 deberán pagar el 33% alcanzando el valor de impuesto de renta de $5.492.300 al mes.

Pero el asunto es más grave aún por cuanto se baja el valor de los deducibles que podían tener los contribuyentes al declarar renta, por cuanto a hoy se puede descontar el tener una persona dependiente o se deja por fuera el 25% del salario, correspondiente al 40% del ingreso neto.

Ahora se pretende reemplazar por una única deducción del 35%, con el peso de la reducción de las UVT. Pero además se puede solo hacer reducción de máximo 240 UVT ($7.957.440) como supuesto beneficio. El tope actual está en 5.400 UVT año ( 450 UVT mes equivalente hasta $14.920.200).

SISTEMA PENSIONAL COLOMBIANO: concentrado, elitista y especulativo:

De los 4,5 millones de colombianos, personas  mayores,  consideradas así por tener más de 60 años, solo un millón ha alcanzado el derecho a la pensión, una cifra escandalosamente baja, como resultado del esquema especulativo y elitista creado por la Ley 100 de 1993, y la estructura económica nacional que no permite a la mayoría de la población tener un empleo formal que le otorgue una capacidad de ahorro para realizar una cotización constante. [1]

Las condiciones establecidas por la Ley 100, son las siguientes: Para el sistema público de prima media adquieren el derecho a pensionarse los trabajadores que hayan cotizado 25 años completos, y en los fondos privados de pensiones aquellas personas que coticen sobre un ingreso superior a 3,5 salarios mínimos y que les permita un ahorro de $152 millones para las mujeres y de $127 millones si son hombres.

Según el Ministerio de Trabajo, Colombia tiene 22,7 millones de personas que trabajan en el sector formal e informal (rebusque),  pero solo 2,3 millones cotizan al sistema pensional en forma continua en los últimos nueve meses, requiriéndose los aportes por 1.150 semanas para pensionarse en uno de los regímenes actuales. [2] En forma similar los investigadores de la Escuela Nacional Sindical ENS) informan que “De los 22 millones…, solo 8 millones cotizan al sistema pensional, es decir, tenemos 14 millones que no tienen cubrimiento para invalidez, vejez y muerte.”[3]

Considerando la situación social realmente apremiante,  se requiere de la sostenibilidad generacional y por ende, el Estado debe promover una reforma económica para que exista una mayor generación de empleo digno para que los trabajadores se afilien al mejor sistema pensional posible, es decir el sistema público a cargo de Colpensiones  y una cultura del ahorro y de la previsión social para que los trabajadores hagan  los esfuerzos de cotizar.

Sumado a la falta de empleo digno, el sistema pensional está concentrado y es excluyente. La Ley 100, la publicidad engañosa y las alianzas con los propietarios de las empresas, llevó a que una mayoría de trabajadores cotizantes se encuentren en el sistema privado, lo que ocasiona  una concentración de recursos y un alto riesgo en la sostenibilidad financiera. Como consecuencia  el gasto anual del Estado en pensiones es cada vez mayor. La razón está en que el 91% de los pensionados (1.250.000 ) quienes disfrutan del derecho, están en el régimen de prima media administrado por Colpensiones, mientras que el 70% de los afiliados, 13 millones, cotizan sus cuantiosos recursos a los fondos privados, y éstos solo han reconocido las pensiones a 50 mil colombianos.

El sistema es altamente concentrado y especulativo; el Grupo Aval y el Grupo Empresarial Antioqueño, dueños  de las Administradoras de Fondos de Pensiones, AFP, Porvenir y Protección,  concentran $197 billones, que equivalen al  86% por ciento de los $230 billones de pesos que han acumulado desde 1994 los fondos privados. Estas compañías monopolistas como producto del negocio  de los ahorros pensionales, obtuvieron $610 mil millones de utilidad neta.[4]

Mientras los banqueros ganan, el Estado debe anualmente hacer un esfuerzo de subsidiar  vía los impuestos al sistema pensional, sumas que para el próximos año 2019 se calculan en $41 billones, de los cuales solo 12 billones van a Colpensiones y el resto a los regímenes especiales como es el de la Fuerzas armadas y la Policía.  

Estamos frente a un sistema inequitativo y ventajoso. En 2016, el Estado Colombiano destino 38 billones para el pago de las mesadas pensionales. En ese año se afirmó: “De los 38 billones de pesos que se gastan al año en pensiones, cerca de 10 billones corresponden al sistema de reparto y el resto son: los sueldos de retiro del Ejército, que nunca ha contribuido”, indica Cecilia López, exfuncionaria pública.

Y es que la  asignación de retiro  de las fuerzas armadas se obtiene sin consideración de la edad con tiempo de servicio, de 20 años en caso de retiro forzoso y de 25 años por retiro voluntario. La cotización es solo del 5 por ciento a cargo de los miembros de las Fuerzas Armadas y el Gobierno no hace aportes.

Sumemos a ello las pensiones de los padres de la patria, congresistas que con poco esfuerzo adquieren la pensión. Así la torta queda completa; aunque la mayor tajada van en su orden a los banqueros y después a los regímenes especiales.

Finalmente si consideramos el índice de envejecimiento de Colombia que es 60, lo cual indica que hay 60 personas mayores de 60 años por cada 100 personas menores de 15 años, se requieren medidas urgentes y equitativas para garantizar las pensiones sin castigar a los pensionados actuales que han cotizado para obtener sus derechos.

Reitero, como lo relaté al inicio de la presente investigación,  la sonada reunión del presidente Duque con los banqueros y los fondos privados en época preelectoral, supone un iceberg de acuerdos por debajo de la mesa. Ellos,  deben detener el crecimiento de Colpensiones,  por cuanto los trabajadores ya se dieron cuenta de la publicidad engañosa de los fondos privados y se pasan por miles mensualmente al sistema público que es más garantísta. 

 Tabla del Proyecto de ley, la columna de la derecha es elaboración propia explicativa:

Con la reforma tributaria anterior (2016) y el limite de la deducción al 40%, se encontró contribuyentes que se les duplicó el impuesto y ahora con la propuesta gubernamental se les triplicará o más.

En la exposición de motivos el gobierno para persuadir el congreso ataca de frente a los pensionados cuando afirma: “Actualmente las pensiones de jubilación, invalidez, vejez, de sobrevivientes y sobre Riesgos Profesionales están exentas hasta 1000 UVT mensuales (núm. 5, art. 206, E.T.), esto es una exención sobre las mesadas pensionales menores de aproximadamente 33 millones de pesos a 2018. Esto es sin duda alguna una medida excesiva y altamente regresiva, no solo dentro del sistema pensional, sino entre el sistema tributario en su conjunto” lo que es realmente una maniobra por cuanto los pensionados ya pagaron durante toda su vida laboral los impuestos correspondientes y las mesadas pensionales no constituyen ingresos laborales, máximo que ellos mismos contribuyeron con sus aportes mensuales para realizar los ahorros correspondientes para poder disponer de unos recursos en la vejez.

LAS CINCO PERSONAS MAS RICAS DE COLOMBIA, no pagan casi nada:

(Fotografía: Bogotá, 2018. urbanismo y población sub-urbana)

 Luis Carlos Sarmiento: Ocupa la primera posición de los hombres más ricos de Colombia. (Edad 84 años) ha generado su fortuna producto de la industria de la construcción y de invertirla en bancos. El grupo Aval que es de su propiedad, controla una tercera parte de todo el sistema bancario de Colombia. Su fortuna asciende a $11 billones de dólares y ocupa el puesto 120 entre los hombres más ricos del mundo.

Andrés Santo Domingo: Ocupa la segunda posición de los hombres más ricos de Colombia. (Edad 39 años) heredó una parte de la participación masiva de su padre Julio Mario Santo Domingo en el gigante cervecero SABMiller cuando murió en 2011. La mayor parte de su fortuna ahora se encuentra en Anheuser-Busch InBev, luego de su fusión de $ 100 mil millones con SAB Miller en 2016. Su fortuna asciende a $4,6 billones de dólares y ocupa el puesto 447 entre los hombres más ricos del mundo.

Alejandro Santo Domingo: Ocupa la tercera posición de los hombres más ricos de Colombia. (Edad 40 años) licenciado en Harvard, director general de Quadrant Capital Advisors, con sede en Nueva York, y pertenece al Metropolitan Museum of Art. Negociador en la fusión de 2016 entre Anheuser-Busch y SABMiller. Su fortuna asciende a $4,6 billones de dólares y ocupa el puesto 448 entre los hombres más ricos del mundo.

Jaime Gilinski Bacal: Ocupa la cuarta posición de los hombres más ricos de Colombia. (Edad 59 años) uno de los banqueros más exitosos de América Latina, convirtió Banco GNB Sudameris en un banco multinacional con $ 9 mil millones en activos a través de una serie de adquisiciones. Posee también una participación del 2% en Banco Sabadell, el cuarto mayor grupo bancario privado en España. Su fortuna asciende a $3,5 billones de dólares y ocupa el puesto 544 entre los hombres más ricos del mundo.

Carlos Ardila Lülle: Ocupa la quinta posición de los hombres más ricos de Colombia. (Edad 87 años) construyó su fortuna mediante la venta de refrescos en Colombia y se volvió más rico invirtiendo en embotelladoras, refinerías de azúcar, estaciones de radio y canales de televisión.  Es dueño de varias compañías embotelladoras, la refinería de azúcar más grande de Colombia y el equipo de fútbol colombiano Atlético Nacional. Su fortuna asciende a $2,7 billones de dólares y ocupa el puesto 782 entre los hombres más ricos del mundo.

LAS PROPUESTAS DE SOLUCIÓN: 

    1.    Que se graven las rentas provenientes de dividendos de acciones, en Colombia esos ingresos por impuestos solo representan 1,2% del PIB mientras que en los países de la OCDE son del 8,4% sobre el PIB.

Es preciso recordar que la reforma tributaria de 2016 le quito el tributo al patrimonio y se introdujo un gravemen del 5% a dividendos en personas naturales, el proyecto de Duque y Carrasquilla mantiene el 5% pero solo aplicada a dividendos o rentas de acciones de sociedades extranjeras, es decir los dividendos de los ricos siguen con exorbitantes privilegios.

     2.    Retomar la lucha contra la corrupción que representan al año la extraordinaria suma de $50 billones de pesos al año.

     3.    Eliminar las exenciones tributarias.

     4.    Luchar contra la fuga de capitales

   5.    Establecer un nuevo modelo económico que redistribuya la propiedad de la tierra y de la riqueza nacional, fortalecer la industria  nacional y detener el proceso de desnacionalización y de privatización de las empresas públicas y retomar la operación de actividades rentables al Estado.

Es claro que la solución es que el gobierno retire el inaceptable proyecto de Ley de reforma tributaria; la ciudadanía tiene el deber de defender sus derechos y exigir que se abra un debate nacional, no solo con los gremios económicos como lo están haciendo hoy, sino con las fuerzas vivas (campesinos, consumidores, centrales de trabajadores y pensionados).