Los lixiviados, líquidos que generan las basuras en su proceso descomposición, muestran, según la interventoría que se está produciendo en el relleno sanitario Doña Juana, una menor tasa por tonelada de residuos dispuestos por lo cual se considera que existe una masa acumulada al interior que no ha sido extraída y podría generar un evento de deslizamiento, contaminación del suelo o fuentes hídricas.
La crisis latente se corroboró con un video que demuestra cómo, a través de un tubo de drenaje que a su vez hace las veces de chimenea, se expulsan los lixiviados acumulados y gas metano, que es altamente inflamable.
“Esto es lamentable porque demuestra que hay una alta presencia de lixiviados en la zona de disposición los cuales no son transportados para su tratamiento. Por el contrario, hay una acumulación que podría generar una afectación en las fuentes hídricas del suelo y el subsuelo y a su vez contaminar el ambiente y perjudicar las zonas pobladas aledañas de Ciudad Bolívar y Usme”, expresó el concejal Jorge Torres.
Y es que, en términos técnicos, la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos, UAESP, estimó que para el período de febrero 2018 según la firma interventoría, se presentaría una producción promedio de lixiviados de 25,21 l/s. Sin embargo, los aforos de CGR en dichas tan solo 13,78 l/s), es decir, promedios distantes de la proyección por lo cual se considera que los residuos estarían generando una menor tasa de lixiviados por tonelada de residuos dispuestos (un 96,32%) o que existe una masa importante de agua acumulada al interior de los residuos y que no ha sido extraída.
“La información de los interventores es grave porque básicamente hay una bomba de tiempo que se está generando por la acumulación de lixiviados sin el debido tratamiento. Es absolutamente necesario que el operador del relleno, la firma CGR, efectúe las adecuaciones como son disponer las líneas de conducción que se componen de tuberías, canales, válvulas de control y cajas de inspección, elementos que conforman el proceso para extraer los lixiviados”, aseguró el cabildante.
Desde el mes de agosto de 2016, CGR entrega resultados parciales de la calidad del vertimiento, sin embargo, en dichos resultados solo se atienden el 75% de los 24 parámetros exigidos por la resolución 166/2008, y es así como no se tienen referencias de boro, mercurio, vanadio, fenoles, compuestos grasos y aceites. Esta omisión, sumado a que el operador tampoco entrega con la frecuencia establecida resultados de medición para el arsénico y el selenio, implica un posible ocultamiento de información para que la opinión pública no conozca el real vertimiento de metales pesados que se realiza a las fuentes hídricas como el Río Tunjuelo que desemboca en el Río Bogotá.
“Es necesario hacer las intervenciones necesarias para evitar la acumulación de lixiviados y a su vez conminar a la firma CGR a que brinde la información completa sobre los metales que se están vertiendo en el Tunjuelo. Del cuidado de las fuentes hídricas depende la salud humana”, explicó el concejal Torres.
El concejal Jorge Torres le pide a la ANLA (Autoridad Nacional de Licencias Ambientales) que realice medidas preventivas de suspensión o cierre por la afectación que se estaría presentando por el incumpliendo de la norma nacional y distrital de vertimientos al río Tunjuelo, tal como realizó recientemente el cierre de la terraza 1 para la disposición de residuos sólidos del Relleno Sanitario.
Mayor información,
Gustavo Monje
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Concejal Jorge Torres