Sobre la superficialidad de Yohir Akerman del Espectador
Por : Rodrigo Acosta B *
Director: www.Bogotasocial.org
(Medio comunitario alternativo)
He buscado por el sistema de justicia y no encuentro sanción disciplinaria, investigación o pena alguna contra Clara López Obregón, por cuanto desde luego no existe fundamento ni razón alguna para ello y solo se encuentra en ella realizaciones e indicadores de gestión, logros y una lucha política honesta.
Por ello señor Yohir Akerman, seguramente escribir desde la comodidad de Miami, sin sentir el país y Bogotá, asumiendo que se tiene la verdad revelada y lanzar calumnias sin el más mínimo asomo de vergüenza e investigación parece ser su perfil, quien violando los mínimos de la ética periodística, critica destructivamente y tergiversando hasta el papa (http://www.elcolombiano.com/opinion/columnistas/el-punetazo-del-papa-JB1131784).
Y es que al estilo de los mercenarios de los falsos positivos (mercenarios por hechos concretos A Julito y Camila los Nule los compraron (https://youtu.be/y4ZIWSeZav8 ); el personaje arremete contra Clara López Obregón candidata a la Alcaldía de Bogotá sumándose al complot mediático de la extrema derecha guerrerista que no ve más salida que retomar el poder de Bogotá y sumirla de nuevo en la postración bipartidista a punta de la difamación y llevarla al viejo orden de la corrupción y el beneficio de las élites en desmedro de las inversiones y logros sociales alcanzados.
En la nota del día (http://www.elespectador.com/opinion/oscuro-de-clara), el “periodista” sin contrastar e indagar lanza afirmaciones mañosas cargadas de intereses y prejuicios, sin acudir a una fuente directa, es decir, manipula sobre lo ya manipulado.
Resumo el falaz artículo: Akerman descubrió que Clara López fue secretaría de Samuel Moreno, y que como funcionaria defendió los avances de su gestión. También descubrió que el zar anticorrupción del gobierno de Uribe le parecía negativo que el Alcalde del Polo, que había ganado las elecciones, nombrara en determinados cargos a militantes de su partido. Otro hallazgo: que existió una denuncia del confeso ladrón Julio Gomez contra el Ex concejal Carlos Romero por supuestamente pedirle un soborno. Y finaliza con del descubrimiento del nombramiento de Héctor Zambrano como Secretario de Hacienda.
Estas revelaciones le permiten inferir a Akerman que Clara López continuó el “modus operandi” de la administración Moreno. Una breve revisión de la prensa de la época demuestra que con Clara se transformó el gabinete y el modo de gobierno, que realizó un pacto ciudadano por la transparencia que permitió recuperar la confianza popular.
Lo que no descubrió el columnista es que desde el 2008 al 2010 cuando Clara López fue secretaria de Gobierno de la alcaldía de Moreno, y se encargada de la seguridad, convivencia y derechos humanos, no existió ninguna denuncia periodística o judicial por corrupción contra el alcalde, por lo hechos que fueron posteriormente conocidos.
Al haber encontrado el columnista la defensa de los logros de la administración (logros sociales que se siguen evidenciando hoy y que se han obtenido gracias a la orientación social de los gobiernos de Bogotá de los últimos 10 años, con indicadores valorados y reconocidos en el mundo) traduce el periodista en forma malintencionada esta defensa de lo social como una defensa de la corrupción.
El periodista pudo al menos indagar si esos logros fueros ciertos o no, pero por supuesto eso transciende a la prensa amarillista y malintencionada.
Tampoco encontró Akerman que las opiniones de Ortiz, “zar anticorrupción de Uribe”, jamás se convirtió en investigación o denuncia formal. Usa las palabras del zar anticorrupción, que no advirtió nada de los hechos si investigados y condenados en instancias judiciales del Gobierno de Álvaro Uribe. Se le olvidó a Akerman decir que ha sido eliminada esta figura del “Ombudsman criollo” que nunca se dio cuenta de las fechorías del Ministro Arias y otros cuantos que ya pagan“cana” ni de los falsos positivos sobre lo cual los medios comerciales le bajaron la temperatura y se les olvida recordar que fue Clara López la que en breve tiempo realizó las primeras valerosas denuncias que llevó al destape de los falsos positivos en Colombia.
Tampoco encontró Akerman el auto que archiva la investigación de la fiscalía a favor de Carlos Romero, en donde se deja claro que los hechos narrados en su contra por Julio Gómez carecían de sustento probatorio, que nada de lo dicho era realidad, que julio Gómez pretendió salpicar a Romero para afectar a Clara López cuando ella como Alcadesa le acababa de caducar el contrato de la 26, acusando a su esposo de favorecerlo con contratos en una entidad que para la fecha estaba en liquidación y carecia de capacidad de contratación.
Al final, como era de esperarse, no logró descubrir Akerman, que sobre Clara López no existe ni ha existido nunca ningún cuestionamiento. Que su conducta transparente y honrada jamás ha sido puesta en duda. Que por el contrario su paso por la administración como alcalde encargada le mereció todos los reconocimientos, que no solo fueron de diversas entidades y del gobierno nacional sino de la ciudadanía.
La Ciudadanía supo reconocer la labor de Clara López Obregón como alcaldesa de Bogotá y terminó su gestión con el 78% de aprobación.
Infortunadamente la burocracia politiquera de extrema derecha, la de los bolardos, las losas de Transmilenio y de las viejas costumbres se han sumado a la guerra sucia contra el proyecto político y social que se ha venido gestando en la capital y que ha logrado reducir monumentalmente la pobreza, generando inclusión económica política y social.
Ahora aparecen en Bogotá los nuevos oradores del Tercer Reich al estilo de Goebbels quienes creen que “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”; están equivocadamente convencidos que de la calumnia algo queda, pero chocan contra una realidad irrefutable. Bogotá no olvida y Bogotá cuenta con una ciudadanía activa y pensante.
El proyecto social en Bogotá seguirá avanzando y continuará siendo respaldado por los millones que antes eran olvidados y sometidos la gente que hoy puede tener servicios del sistema distrital de salud, cupos escolares, atención de adultos mayores, mujeres, jóvenes, habitantes de la calle, y personas del común que disfrutamos de derechos que una élite mentirosa nos había arrebatado.
Hoy como siempre decimos la verdad. En esto estamos comprometidos los medios comunitarios y alternativos de Bogotá por cuanto nos caracteriza la independencia de los poderes hegemónicos y nos diferenciamos de los mercenarios del mercantilismo mediático.
Esta es la verdad: consideramos que Clara López Obregón es una opción real para profundizar el cambio con más inversión social, defensa del patrimonio público, reconocimiento de derechos y lucha contra la corrupción.
· rodrigoacostab@gmail.com