¡NO ES UNA CONCESIÓN SINO UN DERECHO¡
Gloria Flórez Schneider. Parlamentaria Andina., Presidenta Comisión II Parlamento Andino. Defensora de Derechos Humanos
A finales de septiembre treinta y tres mujeres dedicadas a la paz en veintiocho países del mundo – women peacemakers – reunidas en el instituto Joan B. kroc para la Paz y la Justicia de la Universidad de San Diego CA, enviaron un contundente mensaje al Presidente Juan manuel Santos, reclamando la participación de la mujer en el proceso de paz: Su petición no es un capricho, tiene como sustento la resolución 1325 de las Naciones Unidas, aprobada en el 2000, que reconoce a las mujeres como sujetos activos en la construcción de la paz. Desde esta perspectiva, tal y como afirman las mujeres en su misiva, ¡no es una conseción es un derecho! Las múltiples iniciativas de paz emprendidas por las mujeres desde lo local hasta lo nacional durante todos estos años, su llamado permanente e incesante de una salida política al conflicto armado interno, expresado con creativas acciones y propuestas deben ser un referente para este proceso esperanzador que comienza.
Mientras trascurría la mesa de negociaciones en OSLO, diversas expresiones de mujeres desde Bogotá se tomaban nuevamente la calle en “El carnaval de mujeres por la paz”, bajo la consigna: “Las mujeres nos tomamos la calle para acompañar el proceso de diálogo y exigir al gobierno y
la insurgencia que no se levanten de la mesa hasta firmar su compromiso de poner fin al conflicto armado y construir la paz”.
El escenario de diálogo debe poner al centro los derechos de las mujeres y su la participación política, porque ellas han sufrido un continuo de violencias a lo largo de este conflicto. En el 2011 Amnistía internacional documentó en un informe la violencia sexual ejercida contra las mujeres en el marco del conflicto armado y su impunidad, recomendando una investigación por parte de la Corte Penal internacional.
Es hora entonces de reconocer la fuerza creadora femenina en la construcción de un proceso de paz firme y duradero. De visibilizar sus dolores y sus luchas, así como su capacidad de transformar la impotencia en acción constructiva y permanente por la paz.
Es hora que las mujeres ocupemos el lugar que por derecho no corresponde en este escenario de diálogo. Las partes, los acompañantes del proceso y la sociedad en su conjunto, deben actuar en consecuencia.
Saludo con regocijo el espacio de mujeres por la paz que une los esfuerzos de las diversas organizaciones de mujeres en Colombia y su agenda concertada para desarrollar acciones en lo local regional y nacional en el marco de este proceso de diálogo. Sus iniciativas y propuestas merecen todo el respaldo nacional e internacional.
gloriaFlorez@parlamentoandino.org