Comunicado de Colombianas y Colombianos por la paz
La muerte de Alfonso Cano: un duro golpe para la paz de Colombia
Desde Colombianas y Colombianos por la Paz, expresamos con profunda preocupación, el destino inmediato y futuro para Colombia entera; el Gobierno Nacional está demostrando que al priorizar la confrontación armada sobre la salida política mediante el diálogo y la negociación, carece de una política verdadera de paz y que lo único que busca es mantener los privilegios y el lucro que obtiene mediante la guerra.
Es esta una ocasión propicia para recordarle al país y a la comunidad internacional, que antes que el presidente Juan Manuel Santos, en su discurso de posesión, ofreciera una puerta y una llave para la paz, ya lo habían hecho los principales dirigentes de las FARC – EP y del ELN; por lo que reclamamos a las partes enfrentadas en este prolongado conflicto, que se mantengan en sus respectivos ofrecimientos, que hagan honor a la palabra empeñada y que se decidan a abrir los diálogos de paz sin precondiciones, para detener el baño de sangre entre colombianos y que cree las condiciones fundamentales para una paz duradera y la construcción de la justicia social que reclama Colombia y sus gentes.
Llamamos la atención sobre el riesgo inminente que se cierne sobre la vida de los militares y policías cautivos en poder de las FARC – EP, y de poblaciones campesinas e indígenas, de continuarse con la intensidad de los bombardeos y operaciones militares, que sin ningún miramiento de carácter humanitario descargan su plomo y sus bombas en el afán de obtener victorias militares a cualquier precio, en vastas regiones de la geografía nacional y que se han convertido en un drama humano para miles de colombianos y colombianas.
Pedimos a la sociedad colombiana poner distancia de la euforia y del triunfalismo, en que se regodean los guerreristas con la muerte de un colombiano y que hoy como ayer levantan voces de “fin del fin” y reclaman más violencia oficial. Estos nefandos episodios ya los ha conocido Colombia, por lo cual lo más sensato es atemperar los espíritus y evitar los desbordamientos del entusiasmo o del pesimismo inmovilista.
Reiteramos a Colombia toda y en particular a las partes del conflicto, nuestra disposición a continuar de manera incesante en la generación espacios de diálogo y negociación, así como propuestas tendientes a humanizar el conflicto y para convenir los términos de la paz con justicia social. Invitamos a la sociedad colombiana a no desfallecer, unificar las lecturas y sumar esfuerzos en torno a la salida política que necesita Colombia; para que así nos dispongamos a participar en las definiciones de ese país que anhelamos y en el que soñamos y decimos que podemos caber todos.
Finalmente, desde Colombianas y Colombianos por la Paz, consideramos que ya son demasiados los muertos en nuestra patria y que debe cesar el derramamiento de sangre; y por ello continuaremos trabajando por lograr la paz con justicia social y no la paz ofrecida desde el establecimiento que la concibe como la paz de los cementerios o el confinamiento en las cárceles; ya que lo único que se obtiene con esto es la prolongación incesante de la guerra.
Colombia, 5 de noviembre de 2011.