Las actividades, fundamentalmente ferias y actos en defensa de las selvas, tuvieron lugar en su mayoría en los estados de Acre, Amapá, Amazonas, Pará, Rondonia, Roraima, Tocantins, Maranhao y Mato Grosso, habitados por unas 25 millones de personas que sufren el impacto directo de la destrucción de los bosques.
La exmnistra del Medio Ambiente y excandidata presidencial Marina Silva, una ferviente defensora de la Amazonía, dijo a Efe que “es un 5 de septiembre para estar preocupados”, por la probable aprobación este año en el Senado de una reforma del Código Forestal que regula el uso del suelo desde 1965.
La polémica reforma plantea normas que, según Silva, “favorecerán la deforestación” en favor de un supuesto desarrollo y además ofrece amnistías a los responsables de la destrucción ocurrida hasta ahora.
Silva recordó un reciente sondeo de la empresa Datafolha que dice que el 79 % de la población se opone a la reforma y desea un mayor debate sobre un asunto que, en su opinión, pone “en riesgo” los avances de un país que, en la última década, redujo las tasas de deforestación en un 80 %.
La fecha también fue recordada en un congreso de la Confederación Nacional de Agricultura y Pecuaria (CNA), que agrupa a muchos empresarios del campo con una creciente actividad en la Amazonía.
La senadora Katia Abreu, presidenta de la CNA, comentó un informe divulgado la semana pasada según el cual el 62,1 % de las áreas amazónicas devastadas fue convertido en pastizales, especialmente para la cría de ganado.
Sostuvo que la agropecuaria, que genera el 25 % del Producto Interior Bruto (PIB) del país, alcanzó un alto grado de desarrollo preservando el 61 % de las selvas y aseguró que el sector está comprometido con la búsqueda del difícil equilibrio entre desarrollo y conservación.
Según especialistas, uno de los problemas es el escaso poder de fiscalización del Estado en una vasta región en la que también actúan clandestinamente desde empresas madereras hasta traficantes de piedras preciosas.
Marcio Sztutman, director del Programa de Conservación de la Amazonía de la organización ecologista The Nature Conservancy (TNC), explicó a Efe que en ciertas zonas “se ha comprendido” la necesidad de esa mayor fiscalización y se ha incorporado a esas acciones a las comunidades indígenas.
Precisó que en el estado de Pará, uno de los más afectados por la pérdida de selvas, muchos municipios participan ya en planes de “producción responsable” que combinan la actividad agropecuaria con prácticas “correctas” de explotación, aunque admitió que son iniciativas a pequeña escala.
El Día de la Amazonía fue instituido en 2007 por el Senado para alertar sobre la necesidad de preservar esa región de 6,9 millones de kilómetros cuadrados, de los cuales 4,2 millones están en suelo brasileño y el resto distribuidos entre Bolivia, Colombia, Ecuador, Guyana, Surinam, Perú y Venezuela.
Otro factor que preocupa a los ecologistas es la fuerte actividad industrial en la Amazonía, con algunos casos puntuales que requieren de atención inmediata, como la situación en el río Murucupi, uno de los afluentes del Amazonas.
El diputado Arnaldo Jordy presentó hoy informes según los cuales un accidente ocurrido en una mina de bauxita en 2009 contaminó el río con residuos químicos, con consecuencias que aún se sienten en esa región del norte de Brasil.
“Hay análisis que constataron que el envenenamiento de las aguas aún persiste con un alto tenor de metales pesados y serios problemas de salud” para la población ribereña, dijo Jordy, citado por la Agencia Cámara.
El Congreso acordó debatir el asunto y abordar la situación de toda la cuenca amazónica, que concentra el 9 % del agua dulce del mundo y en la que, según la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), la minería ilegal ha vertido unas 1.300 toneladas de mercurio durante los últimos 50 años.
Al Día de la Amazonía también se sumó la modelo brasileña Gisele Bündchen, una de las más cotizadas del mundo, quien hoy presentó por internet el vídeo de una campaña en la que pone su fama al servicio de la preservación.
Desde el portal Youtube, la también Embajadora de Buena Voluntad del Programa de la ONU para el Medio Ambiente expresó “tristeza” porque “la devastación (amazónica) crece a tasas alarmantes y pone en riesgo las florestas y nuestras propias vidas”.