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III. ENCUENTRO TERRITORIAL DE AGRICULTORAS Y AGRICULTORES URBANOS DE LA CUENCA DEL RÍO BOGOTÁ Y HUMEDALES.

Ago 27, 2011

COMUNICADO PUBLICO.

III. ENCUENTRO TERRITORIAL DE AGRICULTORAS Y AGRICULTORES URBANOS

DE LA CUENCA DEL RÍO BOGOTÁ Y HUMEDALES.


UN RECONOCERNOS EN EL TERRITORIO.

A todas y todos quienes hoy nos acompañan en este evento reciban un caluroso y afectivo saludo y a la vez un reconocimiento desde este  nuestro Territorio, Territorio del Agua, Territorio enmarcado por los Ríos Tunjuelo, Fucha y el Río madre de la sabana, el Río Bacatá, Territorio que aún y pese a la depredación producida por el modelo económico capitalista, y la cultura que arrastramos con el, tiene aún vestigios de los ecosistemas de pantanos, lagunas, en los llamados humedales Capellanía, Meandro del Say, Techo, Burro, Techovita, escenarios que paulatinamente han sido sepultados por el urbanismo de toda  laya y hoy por expresiones  del neoliberalismos,  “parques industriales” y “zonas francas”, los cuales permitirán que lleguen y se produzcan  las basuras generadas por el consumismo más aberrante que trata de avasallarnos.

LA AGRICULTURA URBANA ALGUNOS ANTECEDENTES.

Las dos últimas administraciones distritales  han contribuido a sentar las  bases de lo que podría constituirse como una política estructurada y de largo aliento frente al tema de la seguridad alimentaria para la ciudad.

La dramática crisis social en la que se encuentra  sumida cerca del 50% de la población de la ciudad determinó en su momento, que  se orientaran grandes inversiones en lo social, buscando la inclusión social  y un restablecimiento de los derechos económicos, sociales y culturales de grandes grupos de pobladores. Entre estos  derechos, el derecho a la alimentación  se planteó como un derecho fundamental, partiendo de la base, que una adecuada alimentación es el requisito mínimo para el ejercicio del derecho a una Vida Digna.

La situación de hambre, genera unas acciones desde la administración las cuales se constituyeron  en las bases para desarrollar la  política de Seguridad Alimentaria, entendida como la garantía que tienen las comunidades  al acceso y abastecimiento adecuado de alimentos y nutrientes.

Este planteamiento se sustenta en una gestión en torno al suministro de alimentos, política que permitió construir, adecuar e implementar una gran red de comedores comunitarios y escolares; buscar el fortalecimiento de las  cadenas alimentarias urbano-regionales y  dar los primeros pasos en descubrir las potencialidades que tiene la Agricultura Urbana como una práctica social, que contribuya a solucionar estas necesidades.  Estos elementos  de una u otra manera pretenden ser articulados desde el Plan Maestro de Abastecimiento de Alimentos y están inmersos en la Política Pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional para el Distrito Capital al 2015.

LA CRISIS DE NUESTRA CIUDAD.

La ciudad de Bogotá con sus más de 9 millones de habitantes constituye un referente de las ciudades de los países dependientes de esta parte del planeta.

Su gigantismo y el afán de los “planificadores oficiales “, por ponerla a tono con las necesidades del mercado global, la convierten cada día más en un escenario caótico para la Vida. La ciudad es hoy en día más dependiente y parásita y sus diversos recursos ecosistémicos son arrasados y/o convertidos en botín de unos pocos en contra de las inmensas mayorías, generando de paso profundos problemas ambientales a la ciudad y la región y por ende a la Vida misma.

El modelo de ciudad que nos “venden” los planificadores y dueños de la ciudad, sin embargo es  un modelo de ciudad futurista, lista a ingresar al mercado global propiciado por los TLC, a través de sus autopistas, del sistema masivo de transporte, complementado con el sueños del metro y conectados definitivamente con el planeta a través  del mega-aeropuerto el dorado. Modelo de ciudad que pretende ocultar la miseria y frustración de cientos de miles de seres que deambulan por sus calles,  desplazados que se hacinan en nuestros barrios escapando de la miseria y el dolor generado por este  modelo económico, social y político.

Esta ciudad que cada día construye más “viviendas de interés social” sobre sus agonizantes humedales, viviendas que no son más tugurios que hacen la vida indigna a quienes los habitan, pero que son un gran negocio para los mazueras y  sarmientos Angulos, traficantes de la tierra de todos y negociantes de las necesidades y de los sueños de muchos; esta ciudad que posee aún  grandes lotes llamados de engorde, o un sinnúmeros de espacios públicos denominados parques, en los cuales sobresale el hierro, cemento y plástico y brilla por su ausencia el esplendor y la fragancia de los árboles y las plantas; este escenario es el reto de todos quienes a diario la sufrimos y gozamos y que definitivamente podríamos transformar  en un ejercicio colectivo de inteligencia.

LA AGRICULTURA URBANA Y SU PAPEL EN LA CIUDAD.

La Agricultura Urbana como práctica en diversas partes del planeta tiene a la fecha un acumulado de experiencia, muchas de ella exitosas a las cuales valdría la pena acercarnos, no con la idea de copiar sino de reconocer la importancia que cada una tiene en su contexto social, económico y político y los logros  alcanzados.

El modelo Cubano, desarrollado dentro de un ejercicio de autonomía y dignidad de un pueblo frente al bloqueo del imperio; el caso de la ciudad de Rosario Argentina como un rescate de valores culturales y la  respuesta a una crisis económica estructural, son apenas dos experiencias sobre las cuales tendremos que estudiar y aprender para interpretar el legado y la validez histórica que la práctica de  la Agricultura Urbana tiene en esta época y en nuestras ciudades.

En Bogotá conviven diversas experiencias, unas ancladas en los barrios populares que fueron levantándose de la mano de sus pobladores y que tiene expresiones  aún en solares y patios los cuales están  dedicados a producir diversas plantas para alimentación y que son aún la muestra  de una ciudad que fue devorando rápidamente las zonas rurales.

La institución a partir de las acciones del Jardín Botánico de Bogotá, ha venido implementando la capacitación y montaje de unidades de Agricultura Urbana, con una participación de algunas administraciones locales, y en los últimos años diversas Ongs y grupos de comunidad han venido asumiendo un compromiso de producir alimentos orgánicos e irlos incorporando a sus dietas como una manera de nutrirse, recuperar elementos de la cultura y reorientar comportamientos frente a muchos asuntos de la vida cotidiana.  Tal vez en estos últimos actores es en donde se  encuentra un mayor potencial tanto en la producción misma de alimentos, como en la claridad política del rumbo que debe tener la Agricultura Urbana en nuestras ciudades.

Es en este marco que  queremos dejar esbozados algunos elementos, con el propósito de aportar a un debate necesario sobre el papel de la Agricultura Urbana tanto en el ordenamiento y apropiación de la ciudad por sus pobladores, como en la construcción de políticas públicas en la materia.

  1. El nivel de producción de alimentos, en la Agricultura Urbana debe aumentar significativamente para suplir una demanda creciente de consumidores marginados de los canales tradicionales del mercado. Aquí es importante tener en cuenta el papel que pueden y deben jugar, el desarrollo de tecnologías y aspectos científicos en este campo, además de la Inversión Social necesaria que haga posible estos objetivos.  Ahora bien, aumentar la producción de alimentos  de hecho no resuelve el problema del hambre. Ante todo debemos tener presente que el problema del hambre, es un problema de inequidad y de exclusión económica y social producida por el modelo capitalista imperante.
  2. Es imprescindible, si queremos superar la profunda crisis en la que paulatinamente van cayendo nuestras ciudades, pensarnos y avanzar en unas relaciones radicalmente diferentes de la ocupación de los espacios urbanos y los entornos rurales. Una relación profundamente conectada con la naturaleza, que oriente la racionalidad que tenemos frente a la Vida Hoy, y que nos permitirá avanzar hacia un modelo de AGROPOLIS O ECOPOLIS, que haga sustentable y posible la VIDA hoy y hacia adelante.  El ordenamiento de nuestros Territorios no es un asunto que debamos dejar a otros ya que es sobre nuestros intereses y necesidades, y con nuestras potencialidades  que el mismo se debe dar.
  3. La Organización y la construcción de un Proceso social en torno al tema de Soberanía, Seguridad y Autonomía Alimentaria desde y por los pobladores debe ser una prioridad y aquí la institución debe aportar los elementos de información y recursos necesarios para que este gran potencial se dé y de paso contribuya a jalonar objetivos de orden nacional en lo concerniente al papel del campesinado y las diversas comunidades indígenas en relación con el sector agrario  en el concierto de la economía nacional. Este de hecho es un camino que posibilita la construcción de políticas públicas con reales asideros en nuestras necesidades y proyecciones como grupos sociales.
  4. Consecuente con la práctica de la agricultura Urbana, temas estructurales de la misma como son el aprovechamiento de los residuos orgánicos para la producción de abonos y sustratos y la reorientación de la cultura que tenemos frente al usos del agua en la ciudad (ya que hacemos cosecha de agua lluvia en forma permanente y recuperamos aguas grises para el riego de plantas), deben ser asumidas por la administración y los entes competentes como aspectos estructurales de la construcción de políticas públicas para la ciudad, a la vez que esto se revierta en temas como el tarifario en las comunidades que adoptamos y ejercemos estas prácticas.

Como consecuencia de lo anterior hacemos las siguientes propuesta desde este Evento, a todas y todos quienes en el participan, así como a las organizaciones sociales que en la ciudad y la región nos hermanamos en los mismos objetivos. Las mismas, esperamos sean interpretadas por las diversas autoridades, como un ejercicio del sentir social y proceder a construir e implementar en conjunto los mecanismos que le den viabilidad a las mismas, en lo que sea de su competencia

v Hacer un llamado y una Invitación a todas las Organizaciones Sociales y/o personas que hacemos Agricultura en la ciudad y la región para que nos encontremos y además de compartir experiencias, avancemos en una Agenda común que nos permita Fortalecer el Proceso Social en torno a la Soberanía, Seguridad y Autonomía Alimentaria, desde el ejercicio de la Agricultura Urbana y hacer viva la construcción de la política publica.

v Propender por afianzar los postulados de Soberanía, Seguridad y Autonomía Alimentaria desde nuestras comunidades y que estos estén articulados a las luchas que libran los campesinos, indígenas y diversas comunidades a lo largo y ancho de la geografía nacional.

v Exigir de las autoridades distritales actuales y de las que a futuro sean electas, un compromiso real con el fortalecimiento y desarrollo de la Agricultura Urbana, ya que la misma hace parte de la política pública de Seguridad Alimentaria y Nutricional del Distrito al 2015. En este marco solicitamos a la dirección del Jardín Botánico de Bogotá “José Celestino Mutís”, un informe público del estado de la “política Pública de Agricultura Urbana”, ejercicio en el cual como Agricultoras y Agricultores Urbanos hemos participado en los dos últimos años, y además activar de manera inmediata los mecanismos para hacerla una expresión real en el Plan de Desarrollo Distrital del próximo alcalde y de los mandatarios locales.

v Aspectos vitales para el fortalecimiento y desarrollo de la Agricultura Urbana en la ciudad, deben ser asumidos por los administradores de la misma y presentar, previo consenso social, a los entes competentes, asuntos tales como:

1. Destinación de zonas específicas para el desarrollo de prácticas de Agricultura Urbana en los diferentes Territorios, zonas que hacen parte de los llamados “espacios públicos”,

2. Vinculación directa de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, la cual es un patrimonio de todos los habitantes de esta ciudad, a los diferentes programas de Agricultura Urbana, manejando aspectos ambientales y de suministro del preciado líquido,

3. Ya que somos una comunidad de Agricultoras y Agricultores que hacemos un uso ambiental de nuestros residuos orgánicos, y otros contribuyendo a minimizar impactos ambientales a la Vida en la ciudad y la región, exigimos que se legisle en materia tarifaria en el asunto de la factura del aseo, además que esta práctica se extienda a la ciudad como parte de la política pública del manejo de residuos sólidos en la misma.

v Comprometernos a realizar una permanente y masiva Movilización Social en torno a la Soberanía, Seguridad y Autonomía Alimentaria, como un Derecho de los pobladores, movilización que tenga una expresión social en el distrito y la región hacia el mes de Octubre del presente año, coincidente con el Día Mundial del derecho a la Alimentación.  La misma permitiría iniciar unos acuerdos de compromisos con las autoridades distritales y locales sobre el tema.

MUCHAS GRACIAS.

MESA DE AGRICULTORES DE FONTIBON

MESA DE AGRICULTORES DE TECHOTIVA.

Julio 2011.